Espíndola habla del lío pero también de básquetbol

El técnico de Aguada, Javier Espíndola, contó a 180 el problema con un agente de la Guardia Republicana y que derivó en su detención luego de la tercera semifinal con Malvín. También habló de cómo Aguada cierra la serie, de Kyle Lamonte, del técnico a Leandro García Morales y de la presión que siente de la gente.

Actualizado: 08 de abril de 2013 —  Por: Diego Muñoz

Espíndola habla del lío pero también de básquetbol

Sin datos (Todos los derechos reservados)

Son las 12:30 del lunes y Aguada termina de entrenar en su gimnasio. En el centro del rectángulo los jugadores estiran sobre unas colchonetas bajo la mirada del profesor Guillermo Souto.

En un costado Espíndola habla con su ayudante, Diego Losada. Cuando ve a 180 se acerca y pregunta: “¿me das cinco minutos?”.

Una vez que los jugadores terminan con el estiramiento Espíndola los reúne y les pide perdón. “Yo no dirigí con la concentración que debía tener el sábado por lo que pasó antes del partido. Y me disculpo ante ustedes por eso”, dice ante su plantel. Más tarde reafirmó el concepto para 180. “Le pido disculpas a mi equipo y a mi club porque el entrenador tiene que llegar al partido e intentar ser igual a uno mismo. Esa es la pelea más grande. Bajo presión, con la adrenalina y con todo lo que sucede en estas series uno pelea para tratar que nada te saque. Y el otro día no llegué igual a mí mismo y no estuve como tenía que estar. Y lo que uno le pide al resto tiene que cumplirlo primero y yo no lo cumplí por cosas que yo puedo justificar pero que ni el plantel ni el club tiene la culpa”, explicó.

Lo que hizo que Espíndola no fuera “uno mismo” es insólito. El técnico pretendió ingresar al Palacio con una bolsa con dos Coca Cola pero un miembro de la Guardia Republicana le dijo que no podía hacerlo. Espíndola, que estaba junto a sus dos hijos, le explicó que era Coca Light porque es diabético y dentro del Palacio no venden. El agente reiteró que no podía pasar. “El utilero había pasado con caramañolas y con hielo seco, cosas que para la tribuna no están permitidas pero para el vestuario sí. También llevo un televisor que si intenta ingresar un espectador no puede hacerlo. Nosotros podemos llevarlo y dejarlo en el vestuario”, dijo a 180.

Finalmente Espíndola tiró las botellas y cuando entró al Palacio le dijo “una cosa inconveniente”. “Desmiento que haya sido un insulto racista porque eso no está en mi vocabulario. Yo sí cometí un error después que me hizo tirar las cosas y me destrató. En resumen fue un encontronazo ridículo con un agente policial que estaba totalmente sacado”, agregó.

El técnico estuvo detenido toda la noche en la seccional y buena parte del domingo en un calabozo.

La hora del básquet

Aguada está a una victoria de las finales de la Liga y tiene dos partidos para conseguirla. El sábado Malvín ganó, en el debut de Kyle Lamonte, y acortó ventaja pero la serie la gana Aguada 2 a 1.

“Estamos ganando en la serie y el otro día, hasta el técnico que le cobran a Leandro García Morales, estuvimos palo y palo y con el resultado incierto”, dijo Espíndola.

El entrenador aguatero prefirió hacer un análisis genérico al hablar del técnico que le sancionaron a García Morales cuando quedaban 30 segundos y Malvín ganaba por dos puntos. “Lo que veo en el mundo es que no hay arbitrajes que incidan en quebrar un resultado. Me parece que el técnico es un arma muy poderosa para el juez. Cuando el técnico se transforma en decisivo para un resultado es negativo para el juego. En este caso el técnico resolvió el juego y eso no me gusta”, comentó.

Espíndola comentó que Malvín es un gran equipo “con o sin Lamonte” aunque reconoció que la llegada del extranjero lo potenció. “Y cuando un gran equipo está contra las cuerdas y se levanta un poco hay que tener cuidado porque, como los boxeadores, puede venir la piña salvadora”, añadió.

La posibilidad de que Aguada llegue a la final y que sea favorito para ganarla genera locura en su gente. “Sentimos muchísimo la responsabilidad porque no todos los días se está ante la posibilidad de que un club tan importante y que hace tanto tiempo que no gana pueda llegar a la final con chance de ganarla. Pero la mejor forma de responder a eso es enfocarnos en el próximo partido”, dijo Espíndola.

Para conseguirlo el entrenador que se debe mantener “el mismo plan de juego” que permitió que Aguada ganara los dos primeros partidos y “estuviera ahí” en el tercero.

“Para ganar tenemos que plantear la defensa que nos dio resultado, que no fue la defensa de los últimos tres o cuatro minutos del tercer juego donde perdimos el rumbo. Sabemos que una defensa no es para dejar en cero a un rival, no existe, entonces no podés ir a tapar todas las opciones. Tenés que tratar de evitar aquellas que te pueden provocar una derrota”, analizó Espíndola.

Malvín es un equipo estructurado que basa su juego en los sistemas que propone su técnico, Pablo López. Sin embargo con Lamonte gana en imprevisibilidad. Y eso se notó en el tercer juego cuando, sobre todo en el final, el extranjero dañó con el aclarado central que le hicieron sus compañeros. “El uno contra uno de Lamonte al final fue determinante en tres jugadas. A Graves lo habíamos podido neutralizar pero con Lamonte no pudimos. Habrá que buscarle una vuelta para hacerlo. Pero Lamonte no solo le da en el cinco contra cinco en media cancha al final sino que también le ha dado cosas en campo abierto a partir de las corridas. Eso le agregó goleo”, dijo y agregó: “Igual no creo que sea la única arma porque Malvín tiene oportunidades por otro lado”, dijo Espíndola.

El técnico de Aguada piensa que a Malvín se le debe “quitar goleo desde otro lado”. “Lo que lo pone mejor a Malvín con Lamonte desde un lugar le quita lo que lo que lo potenciaba con Graves en otro. Tendremos que ver cómo explotamos eso”, comentó.