En busca del “clandestino más antiguo del Uruguay”

El escritor Marcelo Estefanell está convencido de que Héctor Amodio Pérez es el autor de las cartas que se le atribuyen en los medios. Y en una columna le reclamó que aparezca para poder conocer su versión de la caída del MLN y cuál fue su historia después de irse del país. Entrevistado en NO toquen nada, Estefanell dijo que “es evidente que él quiere comunicarse, pero el diálogo no es siquiera un diálogo de sordos, es un monólogo, no da ninguna chance”.

Actualizado: 12 de mayo de 2013 —  Por: Redacción 180

En busca del “clandestino más antiguo del Uruguay”

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Marcelo Estefanell, escritor y ex integrante del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), recibió una carta de quien él cree que es Héctor Amodio Pérez, integrante de la guerrilla en los 60 y considerado el principal delator del movimiento. Según Estefanell, Amodio es efectivamente el autor de las dos cartas enviadas a medios de comunicación en las últimas semanas. En las cartas, Amodio relativiza su colaboración con los militares y dice que fue usado como chivo expiatorio para explicar la derrota del MLN, que él atribuye a decisiones militares equivocadas de los principales dirigentes. La tercera carta le llegó a Estefanell el 29 de abril y allí Amodio Pérez responde a apreciaciones hechas por Estefanell en el programa Segunda Pelota de Océano FM.

Entrevista de Joel Rosenberg con Marcelo Estefanell en No toquen nada, de Océano FM.

Joel Rosenberg: En principio, ¿qué nos podés decir de las dos primeras cartas? Es una más extensa que la otra. La primera es la más extensa de todas, la que llegó a La Diaria, La República, El País y al semanario Brecha.

Marcelo Estefanell: Sí, esa carta llegó a los medios creo que el jueves de Semana Santa. Y yo me enteré después. Empezó a haber un run run de que andaba una carta de él que había mandado a distintos medios, incluso decían que la había mandado a mi lugar de trabajo, al semanario Búsqueda, y no había mandado nada. Y después me pidieron colaboración colegas para ver si realmente, fui uno de los tantos testimonios, para ver si la carta era de él. Ya estuve convencido en la primera de que era de su autoría y la segunda más. Allí él hace algunas aclaraciones. Al constatar que la primera no tuvo repercusión y que todo el mundo desconfiaba de la autenticidad, mandó una segunda carta para reforzar...

Esa segunda carta no tuvo casi difusión.

No, lo único que vi fue en La República, un recuadrito donde acusaban recibo de esa carta y seguían sosteniendo que hasta que no existiera la certeza del autor, no la iban a dar. Y bueno, en esa segunda carta menciona el programa en el que participe en Océano, Segunda Pelota, que fue el 12 de abril, menciona a Fontana que estuvo también ahí entrevistado, antes que yo.

Fontana, que escribió La piel del otro.

Exacto. Se ve que a raíz de lo que escuchó me escribe y se dirige personalmente a mí para aclarar dos puntos de lo que yo digo ahí. Muy válidas son las aclaraciones, tiene todo el derecho del mundo a hacerlo. Y consiste en eso la carta, un recuerdo inicial de cuando nos conocimos y luego un análisis de esos puntos, uno referido a cómo se generó la Columna 15, en la que yo estuve más tardé, que él comandó una época, fue el responsable de ella, y la otra, que yo en Segunda Pelota opino que por sus cartas anteriores no entendía el proceso político de los últimos años que estaba sufriendo Uruguay, indirectamente sin decirlo mostraba cierta perplejidad en el hecho de que hoy el presidente fuera el Pepe (José Mujica) y el ministro de Defensa el Ñato (Eleuterio Fernández Huidobro). Y me aclara que no, que él entiende el proceso, incluso me dice que no considera traidores al Pepe ni al Ñato como lo consideran ex tupas por el hecho de que hoy estén en el gobierno y gobiernen como gobiernan. Incluso se alegró mucho de que Mujica haya ganado las elecciones y sea presidente de la República.

Vos decís que es él desde la primera carta. En la última incluso contás que da detalles de cómo se conocieron. ¿Cómo se conocieron ustedes dos y por qué te cierra todo definitivamente?

Cuando las Fuerzas Armadas hacen un procedimiento en un local importante que tiene el movimiento en la zona de Pocitos, barrio La Bondiola, se fugan, van derecho a un escondite, lo que nosotros llamamos “un berretín”, y se van varios compañeros por las cloacas, entre ellos él, Pepe Mujica y cuatro o cinco compañeros más, y su compañera, Alicia Rey Morales. Ese día fue de lluvia fuerte, los caños se inundaron y se vieron imposibilitados de ir hacia otro local nuestro con comunicación a la red cloacal, entonces no tuvieron más remedio que salir, destapar una de las tapas, y pedir auxilio por arriba. Y ahí salen Amodio con otro compañero más y van para mi casa. Y ahí fue donde lo conozco. Venían empapados.

Y él te recuerda eso.

Sí, lo recuerda perfectamente. Solamente lo sabe a eso, él y el otro compañero que no se va a hacer pasar por Amodio. Todo indica que es él, la forma de escribir, algunas guiñadas en sus textos que son bien de la interna del movimiento.

Se especuló incluso con que podía ser algún militar.

Yo le decía a un compañero que me decía que podía ser falsa que si lo es, hay que darle un Premio Nobel de Literatura al que lo hizo porque realmente sería brillante falsificador. No, yo creo que no, no me cabe la menor duda.

A partir de eso, vos escribís una columna en 180, ¿con qué intención?

Porque yo no tengo forma de responder y eso es lo que le pasa a los que lo recibieron en los medios. No hay forma de contactarse con él, porque él escribe en un franqueo desde España y un remitente falso desde Buenos Aires. Es real pero es el Café Tortoni. No hay forma, no da un correo electrónico, no da nada.

Entonces lo que me da la sensación de que es evidente a través de estas tres cartas que él quiere comunicarse, pero el diálogo no es siquiera un diálogo de sordos, es un monólogo, no da ninguna chance. En la segunda carta propone que le hagan preguntas, ¿cómo?

Y él contesta por carta.

Que digas al aire 30 preguntas para Amodio Pérez, y él te las va a contestar por correo. Es absurdo, periodísticamente hablando es un disparate. Fue un poco lo que le planteo. Por eso le digo que me parece que optó por un método que no va a lograr el objetivo.

¿Por qué te interesa hablar con él?

Porque creo que es una voz interesantísima, más allá de todas las acusaciones, que él las desmiente en sus dos cartas, me parece que es una voz interesantísima para que cuente su versión. Él ya ahí cuenta algunas versiones pero siempre muy circunscripto a un periodo muy concreto del movimiento, no abarca más que 12 o 14 meses. Intenta explicar la derrota del movimiento pero que está muy dirigida a la interna nuestra y creo que es mucho más interesante saber toda su vida, no solamente 14 meses de su vida que lo llevaron a la bancarrota, a quebrarse él y todo el movimiento. Me parece sumamente interesante, se ha tejido mucha leyendo desde el silencio de él, su desaparición física, es el clandestino más antiguo del Uruguay, porque lleva 40 años y no se sabe nada de él. Siempre sucede, el silencio lleva a la suspicacia, a la especulación, cada uno se arma su fantasía. Se ha dicho cualquier cosa de él, que estuvo en el atentado en Costa Rica, que es agente del Mosad, que vive en Israel.

Para quienes no conocen la interna del MLN, ¿qué importancia tenía Hector Amodio Pérez esos años en el movimiento?

Es uno de los fundadores. Participó en el Coordinador que es la organización... Distintas organizaciones, distinta procedencia que están de acuerdo con la lucha armada y la propaganda armada como metodología política, empiezan a coordinar sus acciones, y de ese Coordinador, que empezó en el año 63, sale después el núcleo del MLN. Él estuvo ahí siempre. No participó de la primera dirección del MLN pero sí de la segunda. Hasta que fue detenido en el 70. Y cuando la organización en un simposio que hay, que es una especie de reunión ampliada, en el 68, en un local muy famoso, él participa ahí y ahí es cuando el MLN tenía una organización de células solamente, se forman las columnas. Una organización más compleja, cada célula se agrupa a una columna, se forman varias columnas y él se hace cargo de unas de las columnas que después es la columna 15. Y entonces se crea una leyenda, una leyenda alimentada por un lado por la prensa.

Porque antes de la leyenda del clandestino de más trayectoria está la leyenda del momento.

Claro, pasa a la clandestinidad a fines del 67, cuando muere Carlos Flores, el primer tupamaro muerto en enfrentamientos. Y ahí él pasa a la clandestinidad. Y la prensa y la policía de la época le adjudican casi todos los operativos más espectaculares de ese momento.

Ya era leyenda antes de la dictadura.

Claro. Fijate que está clandestino desde fines del 66 hasta julio del 70, que es detenido. Después se fuga, después cae de vuelta, después se vuelve a fugar, y después ya cae por última vez, en mayo del 72.

¿Cuál es la clave de él para limpiar su imagen de traidor que es la que en Uruguay se tiene? En una de las cartas dice que negoció su libertad y la de su pareja a cambio de ordenar los papeles con los nombres que había dado otro delator, que era Píriz Budes.

Sí, que ordenó papeles, nada más, eso fue todo lo que hizo. Esa es su versión de la historia. Hay otras, ¿no?

¿Pero las otras cuáles son?

Que participó, que señaló gente, que andaba en patrullas señalando gente.

¿Esa versión se construye con rumores o con datos?

Yo creo que con datos, datos objetivos. El dato siempre es otra persona. Bueno, yo no sé, el asunto final es siempre... Yo nunca vi en la calle bajar de un vehículo militar y apresar a un compañero, pero sí estuve con compañeros presos que me dijeron que habían sido señalados por él.

No podían confundirlo a él, no era uno más.

Exactamente. Pero lo objetivo, lo cierto es que aparece después de 40 años, es él, no me cabe la menor duda, y su intención es contar su versión de la historia y desmentir esa acusación gravísima que está hace 41 años.

Vos estás dispuesto a tener un contacto con él incluso personal.

Sí, yo no tengo ningún problema en hablar con él, es más, yo me acuerdo, no sé si fue en el libro de Fontana al final, que pregunta a varios, ¿qué haría si se encontrara con Amodio Pérez? Bueno, todos dicen más o menos lo que yo haría: tomar un café. Eso lo dice creo que Blixen y no me acuerdo quién más. Otros no, no les interesaría, seguirían de largo. Nadie habla de tomar revancha ni venganza ni de la acusación que tuvo en su momento, la condena a muerte del 72.

¿Por qué el otro considerado delator, Píriz Budes, tuvo una trayectoria tan distinta?

Él se fue del país también pero volvió muy temprano, andaba por acá sin ningún problema. Y ahora hace años que vive en su ciudad natal, en Rivera. Creo que incluso fue candidato a edil por el Partido Colorado en Rivera, no sé si fue electo, y ahora es columnista de la publicación digital Qué Opina. Antes era semanario.

Pero no tenía el peso ni la leyenda de Amodio Pérez en su momento.

La diferencia creo que está ahí, no es fundador del MLN, no tuvo ese peso, si bien fue también comando de la 15 y miembro de la dirección, pero claro, al lado de Amodio, el Pepe, el Ñato, somos advenedizos, somos gente que viene después.

En estos 40 años, ¿no hubo ningún dato creíble de él?

Yo todo lo que sentí fueron rumores. Nunca conocí a nadie que me diga "yo lo vi en tal lado, te juro que lo vi". No. Siempre sentí "se dice que...". Pero la verdad que nunca he podido ni siquiera arrimarme a una posibilidad. Además no sé quién lo dice. Porque si te dicen "Joel vio a Amodio en el barrio Latino...", y bueno, le preguntaré a Joel, pero acá no se sabe quién fue que lo vio. Yo no sé.

Es parte de la leyenda de la clandestinidad.

Claro.