Una multitud formó ordenadas filas frente al Palacio Legislativo, en espera de pasar por la capilla dedicada a Alfonsín, muerto el martes a causa de un cáncer, a los 82 años.
"Su figura está indisolublemente ligada a la recuperación de la democracia, luego de la dictadura más trágica que tuvimos los argentinos", afirmó la presidenta Cristina Kirchner desde Londres, donde participa de la Cumbre del G20.
Alfonsín fue el mandatario de la transición democrática, al terminar el sanguinario régimen surgido del golpe de Estado de 1976, pero tuvo que renunciar cinco meses antes del plazo constitucional en 1989, en medio de una gravísima hiperinflación. El líder radical había llegado al poder al derrotar al peronismo, hasta aquel momento invencible adversario de la Unión Cívica Radical (UCR).
Durante su gobierno un tribunal civil sentenció a cárcel de por vida a los dictadores Jorge Videla y Eduardo Massera, en un histórico juicio en 1985, considerado 'el Nuremberg argentino'.
El funeral se realizará el jueves en el Panteón de la socialdemócrata UCR, en La Recoleta, cementerio donde también está la tumba de Evita Perón.
Néstor Kirchner, ex presidente (2003-2007), líder del gubernamental peronismo y esposo de la mandataria argentina, pasó por la capilla y dio sus condolencias a la familia. "Tengo un excelente recuerdo de Alfonsín. Siempre fue un hombre políticamente incorrecto. Decía lo que pensaba y era un gran militante político", afirmó el ex mandatario.
El líder peronista reveló que durante su mandato fueron habituales las conversaciones con el extinto dirigente. "En una ocasión Alfonsín me dijo: a vos te van a atacar los mismos sectores conservadores que me atacaron a mí", recordó Kirchner.
Frente al féretro ubicado en un salón del Senado pasaron el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, y los ex jefes de Estado Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, y Julio María Sanguinetti, de Uruguay. El ex presidente brasileño José Sarney (1985-1990) dijo que Alfonsín "tenía un coraje enorme, era un hombre con un gran sentimiento de la democracia".
En su apogeo, Alfonsín y Sarney sembraron la semilla del Mercosur con un acuerdo de complementación de las industrias automotrices.
"Me duele el fallecimiento de Alfonsín", sostuvo acongojado el ex presidente de Chile Patricio Aylwin (1990-1994). Durante la presidencia de Alfonsín, Argentina aprobó en un plebiscito el acuerdo de paz con Chile que puso fin al conflicto fronterizo en el austral canal de Beagle.
Tan fogoso y temperamental como austero en su vida republicana, sufrió un lento ocaso en su gobierno cuando pasó la euforia popular de los primeros años.
"¡Felices Pascuas, la casa está en orden!", fue la famosa frase que lanzó en 1987 al terminar una sublevación militar. Pese a que millones de argentinos se habían movilizado en apoyo a la democracia, Alfonsín negoció un acuerdo para que depusiesen las armas. El pacto incluyó una ley de Obediencia Debida, que exculpaba a quien se amparara en haber recibido órdenes, incluso para torturar a embarazadas, robar bebés o arrojar vivas al mar a personas desde aviones.
La agitación y el descontento social crecieron con 13 huelgas generales de la central obrera peronista CGT. Cuando la inflación rondaba el 5.000% anual, Alfonsín pasó anticipadamente el bastón de mando a Carlos Menem, ganador de las elecciones en 1989.
Desde entonces Alfonsín manejó en las sombras los hilos de la UCR y en su última aparición pública, en 2008, los Kirchner (la presidenta Cristina y el ex presidente Néstor), le rindieron homenaje por su papel en democracia.