Los 6.000 hinchas de Nacional que fueron a Buenos Aires estaban felices. Terminaron festejando y cantándole a Cristian Fabbiani. El gordo habló mucho y no jugó nada. Se mueve menos que una heladera y su físico no le permite cumplir en la cancha las provocaciones disfrazadas de promesas que hace cuando abre la boca. Por eso fue el blanco preferido de los hinchas que le colgaron banderas relacionadas a su peso y le regalaron varios minutos de insultos al finalizar el juego.
Nacional está adentro de la siguiente ronda y con perspectivas de quedar bien posicionado para los cruces de octavos de final. El equipo uruguayo lidera el grupo con 10 unidades, seguido por Universidad San Martín con 7, River con 4 y Nacional de Paraguay con 1.
Con dos fechas por jugar el cuadro de Pelusso tiene que enfrentar a los paraguayos en Montevideo y a los peruanos en Lima.
El partido empezó bien para Nacional que tuvo a los dos minutos su primera oportunidad tras un tiro de Federico Domínguez que sacó por arriba del palo Mariano Barboza.
Sin embargo Nacional se fue retrasando en la cancha y le cedió el terreno y la pelota a los argentinos que no supieron que hacer con ella. La dupla central tricolor estuvo atenta y tanto Adrián Romero como Mauricio Victorino controlaron a Radamel Falcao y a Fabbiani.
Pero a los 22 llegó una jugada increíble. Quizá una de las más increíbles de los últimos tiempos. River tuvo cuatro veces el gol en la misma jugada pero la pelota no entró. Falcao recibió de Marcelo Gallardo y remató al arco. Rodrigo Muñoz tapó y en el rebote Fabbiani la tocó a la carrera. La pelota pegó en el horizontal y derivó hacia el área chica donde la tomó Diego Barrado que le volvió a dar pero la sacó en la línea Domínguez. Otra vez lo tuvo Falcao pero la volvieron a sacar en la línea. Para frotarse los ojos y pellizcarse.
El partido era parejo aunque River ofrecía un poco más de juego. Nacional tenía a Nicolás Lodeiro y Ángel Morales para generar fútbol pero la pelota no les llegaba. Para peor Nicolás Sánchez le dio una patada de expulsión a Álvaro Fernández que se lesionó. El volante de la selección siguió jugando algunos minutos pero debió salir. Su lugar lo ocupó el juvenil Mauricio Pereyra que jugó como si hiciera años que está en el primero de Nacional. Control de balón, dominio de los tiempos, visión de juego y personalidad para un debut con gran vuelo.
En el primer tiempo, la presencia de OJ Morales ya era inmensa y en el segundo tiempo creció todavía más. El volante controló todo lo que pasó por el medio de la cancha, ganó los duelos personales e impuso sus condiciones. Estuvo bien acompañado por Diego Arismendi.
En el segundo tiempo arrancó mejor River. A los 48 Fabbiani se retrasó para buscar el balón y cambió para Barrado que remató muy cerca del palo derecho.
Después de 15 minutos donde no hubo llegadas de riesgo, Gallardo rompió el horizontal con un tiro de afuera del área. Fue lo último de peligro en el partido. De ahí en más fue todo de Nacional.
Fue a los 30 cuando llegó la primera clara para los tricolores. Lo tuvo Lodeiro pero falló y algunos minutos más tarde, otra vez Nicolás creó peligro con un tiro desde la media luna que pegó en el vertical.
Pelusso vio que lo podía ganar y mandó a la cancha a Marcos Mondaini primero y Sergio Blanco después. Terminó jugando con tres delanteros más Lodeiro y Pereyra que llegaban desde atrás.
Sin embargo no lo ganó porque no estuvo fino en la definición. A las dos de Lodeiro se sumaron una de Alexander Medina, otra de Mondaini y la última de Blanco. Todas fueron claras y pudieron darle la felicidad completa a la gente que cruzó en la semana de turismo en busca de una alegría. Igual mal no les fue. Bastaba ver los rostros felices de esos tipos que volvieron a ver a su equipo plantarse ante River y complicarle el futuro.