La intervención fue decidida el lunes luego de que un día antes la presidenta sufriera un hormigueo en su brazo izquierdo y después de que el sábado se le detectara un coágulo entre el cerebro y el cráneo a raíz de un traumatismo sufrido el 12 de agosto.
Por este diagnóstico los médicos le habían indicado un mes de reposo pero el lunes ingresó a la Fundación Favaloro, un reconocido sanatorio privado de investigación e internación, donde se decidió operarla.
Fernández quedó internada para realizar los estudios prequirúrjicos en ese centro de salud ubicado a 400 metros del Congreso, en pleno centro de Buenos Aires, donde será intervenida por la mañana del martes.
La noche del lunes recibió la visita del vicepresidente Amado Boudou, 50 años, quien quedó de hecho a cargo del Ejecutivo.
"Es una operación sencilla, de corta hospitalización, quizás de tres días, y luego una rehabilitación. Para retomar la actividad completa tomará de 4 a 6 semanas", afirmó a la AFP Anders Cohen, jefe de Neurocirugía del Brooklyn Hospital Center de Nueva York, en una entrevista telefónica.
El especialista dijo que "el pronóstico debería ser muy bueno" y estimó que la duración de la intervención es de alrededor de una hora.
"Se hace una incisión, se abre una ventana, esto dura unos 45 minutos, no es un procedimiento largo. Se remueve la sangre acumulada y se asegura que no quede ninguna actividad sanguínea en el lugar. Luego se le coloca un drenaje que normalmente el paciente tolera muy bien", precisó.
El neurocirujano Jorge Salvat del instituto Fleni coincidió en que "el cuadro es frecuente y las intervenciones quirúrgicas que se solicitan son de bajo riesgo".
En el Favaloro, ha estado junto a la presidenta su madre, Ofelia Wilhelm, y su cuñada, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.
Traspaso en plena campaña electoral
"Lo que pide la presidenta es que mantengamos la gestión y en eso nos va a encontrar", dijo Boudou en un acto en Casa de Gobierno, sin que se haya anunciado oficialmente el traspaso de mando que para hacerse efectivo deberá figurar en el Boletín Oficial.
Consultado sobre el traspaso de mando, el constitucionalista Daniel Sabsay dijo a la AFP que "la Constitución no dice nada sobre eso en un caso así. El artículo 88 habla sólo de casos de acefalía y de enfermedad".
No obstante, advirtió que "si se ve que en un plazo determinado no va a poder ejercer el gobierno, lo más prolijo hubiera sido que la presidenta pida licencia al Congreso y se haga el traspaso al vicepresidente".
El traspaso de mando cobró relevancia en plena campaña electoral hacia las legislativas del 27 de octubre cuando se renuevan la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, a mitad del segundo y último mandato de Kirchner.
Tras sufrir el oficialismo una derrota en las primarias de agosto en varios distritos claves, la presidenta se lanzó de lleno en la campaña para intentar revertir la tendencia y mantener la mayoría en ambas cámaras.
La presidenta encabezó a diario varios actos e inauguraciones en todo el país, personalmente o en videoconferencias, y será Boudou quien tendrá que reemplazarla en una campaña de la que se había mantenido ausente.
"Boudou es el funcionario que tiene la peor imagen en el gobierno", dijo la directora de la encuestadora Management and Fit, Mariel Fornoni.
El vicepresidente, exministro de Economía entre 2009 y 2011, es investigado en la Justicia por presunto tráfico de influencias en favor de una empresa gráfica, aunque no se han hallado pruebas en su contra y no está procesado.
"Dejar la presidencia a cargo de Boudou a tres semanas de las elecciones, va a ser para el oficialismo más desfavorable que favorable", estimó Rosendo Fraga, director de la consultora Nueva Mayoría.
Fernández sufrió desde su primer mandato en 2007 (reelegida en 2011) cuadros de hipotensión pero su mayor problema de salud fue un diagnóstico de cáncer que resultó errado según se comprobó tras serle extirpada la glándula tiroides en enero de 2012.
Durante la operación de 2012, Boudou asumió formalmente la presidencia durante 20 días, en los que se mantuvo con bajo perfil.
Voces de apoyo
"El país te necesita", "El pueblo te quiere ver de pie como siempre", "Fuerza cristina!", se leía en carteles dejados por militantes que se acercaron al sanatorio para dejar sus expresiones de apoyo.
También han expresado su solidaridad con su colega varios presidentes de la región, como el boliviano Evo Morales, el ecuatoriano Rafael Correa, la brasileña Dilma Rousseff, el venezolano Nicolás Maduro, el colombiano Juan Manuel Santos, el uruguayo José Mujica y el nicaragüense Daniel Ortega.