De armas destacó que la brecha entre la escuela y el liceo se da en todos los sectores de la sociedad. “En los liceos de los barrios de la costa de Montevideo, es decir donde están los barrios de ingresos medios altos o incluso altos, la repetición está entre el 25% y el 30%. En las escuelas públicas de esos mismos barrios, la repetición de primero a sexto año está en el entorno del 1%. Esa es una brecha muy pronunciada”, sostuvo.
Según los datos de ANEP, el 32,3% de los estudiantes de ciclo básico repitió o abandonó sus estudios en Uruguay en 2012. En Montevideo el porcentaje es más alto y llega al 40.8%.
Las estadísticas muestran la evolución de la repetición en los liceos públicos, de ciclo básico y bachillerato, desde 2004 a 2012, discriminada por centro educativo.
A nivel nacional, en nueve años, la repetición de ciclo básico pasó de 25,9% a 32,3%. El porcentaje de alumnos que repitieron creció en todos los departamentos del país, excepto en Florida, que pasó de 22,8% en 2009 a 20,5% en 2012.
En Montevideo el porcentaje de repetición subió de 32,1 % en 2004 a 40,8 en 2012.
El sociólogo Gustavo De Armas, especialista en políticas sociales de Unicef , dijo que los datos son novedosos, pero que esos porcentajes no son una sorpresa para quienes estudian la educación. “Si me preguntan qué me sorprende de estos datos, bueno, nuevamente me sorprende la brecha que hay entre los niveles de repetición en el ciclo básico de educación Secundaria y los niveles de repetición en la educación Primaria. En barrios de ingresos medios altos y altos, en cualquier caso, la magnitud de repetición en el liceo es muy, pero muy mayor a la de Primaria”, señaló.
De Armas destacó que la brecha entre la escuela y el liceo se da en todos los sectores de la sociedad. Aunque en los barrios más carenciados el porcentaje de repetición sube. “Si nos vamos a la periferia de Montevideo, que son los barrios donde se registran más altos niveles de repetición, tanto en educación Primaria y Secundaria, los guarismos son mayores. En esos contextos, la repetición liceal triplica o multiplica por cuatro a la repetición en Primaria”, explicó.
De Armas sostuvo que hay que revisar el concepto de repetición como herramienta de evaluación y que los datos deben mirarse con cuidado. Puso como ejemplo los resultados de las pruebas PISA, que no coinciden con los de repetición. “Los resultados que Uruguay obtuvo en las últimas tres ediciones han sido los mismos, no se constata ni un desmejoramiento ni una mejoría. Por lo tanto, podríamos decir que aumenta la repetición pese a que los niveles de aprendizaje se mantienen estables en lectura, matemática y ciencias. Entonces, no necesariamente esto nos está reflejando el nivel de aprendizaje que están teniendo los adolescentes”.
Tampoco coinciden si se comparan con los datos de PISA discriminados por capital-interior. “Los niveles de repetición son más altos en Montevideo que en el interior. ¿Eso significa que los chicos del interior aprenden más que los de Montevideo? Si se va a las pruebas PISA y se comparan los resultados de Montevideo son más altos que en el interior del país, cuando en el interior los porcentajes de repetición son más bajos. Entonces, los porcentajes de repetición nos indician en qué medida se está utilizando ese instrumento de la repetición como medida para aquellos estudiantes que no alcanzaron el aprendizaje, pero no necesariamente nos están dando una medida fiel del nivel de aprendizaje que logran desarrollar los alumnos”, señaló.
En cuarto año de liceo los datos de repetición mejoran. De Armas dijo que es un tema que se está estudiando y que todavía no hay una explicación clara para esos resultados.
Para el sociólogo, quizás los resultados mejoran porque los tres primeros años funcionan como filtro. “En los últimos años la repetición en cuatro año desciende. Francamente, es difícil de explicarlo. Estamos hablando del mismo subsistema, del mismo set de políticas, la misma conducción o quizás podría atribuirse a que en cuarto año la población ya está filtrada en términos socio-económicos, aunque la expresión pueda sonar un poco ruda”, sostuvo.
De Armas afirmó que el gran desafío es revisar cuál es el rol de la educación secundaria.
El especialista recordó que en sus orígenes la educación media tenía como objetivo preparar a los estudiantes para ingresar a la universidad. “Hay que tener en cuenta que la educación secundaria nació como una instancia preparatoria para la educación universitaria. Hasta 1935 fue dependió de la sección secundaria de la Universidad de la República, pero no llegaba a toda la población como lo hace hoy en día. El perfil del alumnado en términos socio culturales era muy diferente al perfil del que accede hoy”, afirmó.
