Mandela, la intimidad de un líder global

La intensa, sufrida y brillante vida pública de Nelson Mandela, fallecido este jueves a los 95 años, no fue menos cambiante en su faz privada. Gran seductor y apasionado por las mujeres, tuvo tres matrimonios estrechamente afectados por su actividad política. Además, padeció grandes tragedias familiares como la muerte de dos hijos y una nieta.

Actualizado: 06 de diciembre de 2013 —  Por: Redacción 180

Mandela, la intimidad de un líder global

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Nelson Mandela, cuya vida estuvo acaparada por la política, nunca tuvo realmente tiempo para las mujeres, pero como hombre encantador y enamoradizo, siempre buscó su compañía, como lo demuestran los numerosos romances y los tres matrimonios que tuvo.

Los dos primeros matrimonios sucumbieron a las presiones y a los sacrificios de la lucha contra el régimen racista del apartheid. Tuvo que esperar a los 80 años, en tanto que hombre libre, que el presidente casi retirado, se enamoró como un adolescente de la mozambiqueña Graça Machel, en cuyos brazos halló la paz y la serenidad.

La vida política del joven Nelson Rolihlahla Mandela empezó quizá con la huída de una mujer: la que el regente de su clan, en el Transkei (sureste), le buscó para que se casara en 1941, a los 22 años.

"Seguro que mi futura esposa tenía tantas ganas de deshacerse de mi como yo de ella", escribió.

Tanto Mandela como un amigo, Justice, huyeron una noche a Johannesburgo hacia el espejismo de la riqueza y la emancipación.

En la capital económica del país, el aprendiz de abogado Mandela, gracias a Walter Sisulu que se convertiría en su mentor, fraguó su educación política y descubrió el amor. En casa de los Sisulu, encontró a Evelyn Mase, "una joven bella y tranquila que llegaba del campo".

Se casaron en 1944 y tuvieron dos hijos, Thembi y Makgatho, y dos hijas, Makaziwe --muerta a los nueve meses en 1948-- y Pumla Makaziwe.

Pero Mandela, entonces uno de los jóvenes líderes del ANC, estaba consumido por la militancia y siempre estaba ausente. Evelyn, cada vez más atraída por la religión, acabó por abandonar el domicilio conyugal en 1955.

Dos años y algunas militantes después, Mandela conoció a Nomzamo Winnifred Madikizela, una seductora asistente social de 21 años. Cayó fulminado por sus encantos.

"No sé si algo como el amor puede surgir en la primera mirada, pero sé que en el preciso instante en que vi a Winnie Nomzamo, supe que iba a ser mi mujer", escribió en su autobiografía, "El largo camino hacia la libertad".

Ingenua y apasionada, Winnie dejó que Mandela le hiciera "la corte y la politizara al mismo tiempo". Se casó con él en 1958 y se abrazó su lucha y sus amigos.

La pareja tuvo dos hijas, Zenani y Zinzi, durante cinco años desenfrenados de militancia, entre detenciones y juicios.

Los 27 años de cárcel que siguieron a la última detención de Mandela en en 1963 dinamitaron la unión, pese a las emotivas cartas de amor y de apoyo.

Desde su celda, Mandela seguía consagrándose al ANC. Winnie, convertida en figura emblemática de la resistencia popular, enloquecía con su propia aura, al punto de encarnar, en el Soweto de los años 1980, el terror, rodeada de un sombrío círculo de matones.

La imagen de Winnie de la mano de Mandela el día de su liberación, el 11 de febrero de 1990, escondía la realidad. Pronto iba a ser juzgada por secuestro y complicidad de homicidio de un joven activista del ANC, y se convirtió en un estorbo para el partido en el poder. La pareja se divorció en 1996.

El amor iba a atrapar de nuevo a Mandela. En 1990, poco después de su liberación, encontró en Maputo a Graça Machel, viuda del presidente mozambiqueño Samora Machel, muerto en un accidente de avión en 1986 del que se sospecha que fue orquestado por el régimen del apartheid.

Progresivamente, se enamoró de esta mujer 27 años más joven. La pareja empezó a mostrarse poco a poco en público, como en la boda del presidente zimbabuense Robert Mugabe donde se les vio besarse en 1996.

Incapaz de esconder su felicidad, Mandela habló a la prensa del "maravilloso sentimiento de estar enamorado". Se casaron el 18 de julio de 1998, el día de su 80 cumpleaños.

Tragedias familiares

Mandela también debió enfrentar una serie de tragedias familiares. La última fue la muerte de su bisnieta Zenani Mandela, que falleció en un accidente de coche en Johannesburgo el 11 de junio de 2010, horas antes de que se inaugurara el Mundial de fútbol en Sudáfrica en el estadio Soccer City. La joven acababa de cumplir 13 años.

Antes de convertirse en el héroe de la lucha contra el régimen de segregación racial, Mandela, conocido en su país como Madiba, perdió a su hija Makaziwe, una bebé de salud frágil, que murió en 1947 a la edad de nueve meses.

Este deceso perjudicó su matrimonio con Evelyn Ntoko Mase, que concluyó con un divorcio en 1958.

Ese mismo año se casó con la extravagante Winnie Madikizela-Mandela. Pero la pareja vivió buena parte del tiempo separada por las crecientes actividades políticas de Nelson Mandela que lo llevaron a la clandestinidad. En 1964 fue condenado a cadena perpetua. Tenía tan sólo 44 años.

"Tengo la impresión de que todas las partes de mi cuerpo, carne, huesos, sangre y alma son sólo bilis, tan grande es mi impotencia para ayudarte en los momentos terribles que vives y que me amargan", escribió a su mujer el 1 de agosto de 1970 desde la cárcel de Robben Island, donde pasó 18 de sus 27 años en prisión.

Fue allí también, donde le anunciaron en 1969 la muerte de su hijo mayor, Madiba Thembikile, también en un accidente automovilístico.

El régimen, que le había impedido un año antes enterrar a su madre, le prohibió asistir a los funerales de su hijo. Algo que Mandela nunca se pudo perdonar.

"¿Habré hecho bien en priorizar el bienestar general en detrimento de mi propia familia?”, se interrogó en su autobiografía 'Un largo camino hacia la libertad'. "En Sudáfrica, es duro para un hombre ignorar las necesidades de su pueblo (...) Pero esto no hace decrecer mi tristeza".

En 2005, volvió a sufrir un duro golpe con la muerte de otro de sus hijos Makgatho Lewanika Mandela, de una enfermedad vinculada al sida. El premio Nobel de la paz admitió públicamente la causa del deceso, en un país donde 5,6 de sus 48 millones de habitantes son seropositivos.

(AFP)

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