Los fiscales querían llevar a Moller a un tribunal de conducta por varios motivos. El primero es que Moller está actuando de abogado en el estudio del ex presidente Gonzalo Aguirre y desde allí defiende a dos empresas acusadas de lavado de activos. La ira de muchos integrantes de la AFU se recrudece por el hecho de que Moller fue capacitado por el estado durante años para que se especializara en el combate al lavado de activos, mientras que ahora está del otro lado del mostrador.
Además Moller está en comisión trabajando para el diputado blanco Sergio Botana. De esta manera dejó su Fiscalía acéfala y son varios los fiscales que lo subrogan agregando trabajo a sus saturados escritorios.
Ayer el diario El Observador desmintió que Moller estuviera cobrando los dos sueldos, el del despacho de Botana y el de la Fiscalía como se había afirmado desde AFU.
Paralelamente el juez Rolando Vomero solicitó ayer la extradición de uno de los defendidos de Moller, el párroco del Iglesia Rusa Ortodoxa de Argentina el ciudadano ruso-argentino Alejandro Iwaszewicz. El religioso presidió la Sociedad Anónima Financiera de Inversión (SAFI) Blythe Services SA desde donde trianguló unos 730 mil dólares entre Chipre, Rusia y Uruguay. El dinero proviene de la mafia Rusia. Así se desprende del dictamen fiscal y de la solicitud de Vomero. Iwaszewicz, no pudo responder el origen de los fondos que manejaba. En buena medida esto fue lo que motivó la solicitud de extradición de la justicia uruguaya por “transferencia de activos”.
El ciudadano ruso argentino estuvo detenido por la orden de captura internacional que libró Vomero en setiembre pasado a solicitud del fiscal Ricardo Perciballe. El religioso quedó detenido por Interpol Argentina en setiembre pero fue liberado tras pagar una fianza, confirmaron fuentes judiciales a 180. Ahora se espera que sea capturado nuevamente.
