El decreto firmado en 2012 implicaba que si una mujer embarazada se negaba a recibir tratamiento o a brindar información sobre su pareja sexual, el servicio de salud en que se atendía estaba obligado a presentar una denuncia policial para dar cuenta de la “conducta omisa” de la mujer y para que se identifique y ubique a su pareja para que reciba el tratamiento correspondiente.
El decreto firmado por el entonces ministro Jorge Venegas fue cuestionado durante todo el 2013 por diferentes organismos. "Tenía el tiente de algo penalizable y esto es algo de la vida privada, y si bien afecta a la reproducción en un niño que puede nacer con enfermedades, debíamos hacer a la población responsable ante esta situación porque sin la promoción de salud y sin saber realmente por qué es bueno que no tengan enfermedades no lo vamos a poder hacer", explicó Rieppi.
El cambio también responde a los informes éticos en contra del decreto anterior que realizó la Facultad de Medicina. "La cátedra de medicina legal y la posición de la comisión asesora de salud sexual y reproductiva del Ministerio de Salud Pública, integrada por sociedades científicas y organizaciones no gubernamentales, tuvieron influencia para intentar cambiar cuál es la concepción del por qué me cuido o por qué lo hacemos entre todos", sostuvo la jerarca.
Este decreto que se firmó en 2012 fue elaborado en 2010 a raíz de la situación que enfrentaba el país por la alta prevalencia de la sífilis.
Rieppi recordó un estudio realizado en 2008 por la doctora María Hortal, del programa de salud de la niñez, donde se detectó que en 38 casos con VDRL reactivo (antes de las 20 semanas) y a pesar de un tratamiento oportuno con penicilina benzatinica y confirmar su curación, al momento del parto 35 de ellas se habían reinfectado.
A partir de esto, se inició en 2009 la elaboración de este decreto que quedó listo en 2010 pero que se firmó dos años después.
Rieppi sostuvo que durante esos años que demoró en firmarse, el ministerio trabajó sobre la responsabilidad y la información para lograr cambios. "Termina siendo firmado en 2012, cuando en realidad el proceso había cambiado conceptualmente en la orientación. Desde 2010 en adelante empezamos a trabajar en la responsabilidad y la confidencialidad en el proceso de atención, en algo que insistimos mucho que es la relación médico-paciente, saber que la consulta es un ámbito específico y privado. Es ahí donde se va a solucionar la situación y no en el marco de algo acusatorio", dijo.
La sífilis es una infección de transmisión sexual que en general se manifiesta en la piel. Aparece sobre todo a nivel genital, pero también en otras partes del cuerpo.
El tratamiento de esta enfermedad es sencillo y accesible. Consta de una dosis de penicilina intramuscular, dependiendo de la etapa, llegando a tres máximo.
El problema mayor es cuando una mujer embarazada se contagia porque allí está el riesgo de que se trasmita a su hijo. Es por esto que hay que captar tempranamente a las embarazadas para hacerle los controles que son obligatorios en el primer y tercer trimestre. De hacer el tratamiento a tiempo, se evita la transmisión vertical de madre a hijo.
Según OMS, entre un 50 % y un 80 % de los embarazos con infección por sífilis sin adecuado tratamiento culminarán en forma adversa, pudiendo producir aborto, muerte fetal, muerte neonatal, parto prematuro, bajo peso al nacer e infección congénita.
En 2010, el ministerio incluyó el control de la sífilis dentro de las metas asistenciales, con cualquiera de los métodos posibles.
En caso de detectar la enfermedad, la institución de salud debe incluir el tratamiento de la pareja en el carné perinatal.
Según los datos presentados por Salud Pública durante enero de este año, 99,3% es la mediana a nivel país de las embarazadas correctamente controladas.
Rieppi contó que en 2010 solo un 29% de las parejas realizaba el tratamiento contra la enfermedad y ahora lo hace un 48%. "Las cifras que nosotros estamos presentando son reales, tenemos una población que está toda diagnosticada y un excelente registro que tardamos en conseguir. Todavía no está procesado en el sistema de información del ministerio, pero esos registros nos están mostrando que las situación está cambiando. No vamos a llegar a lo que la Organización Mundial de la Salud nos pide, pero creo que después de estos tres años vamos a lograr una baja importante", señaló.
Las nuevas cifras sobre sífilis se van a presentar en marzo de este año.
Rieppi dijo que los números que están procesando son mucho mejores que en años anteriores. "Es una baja considerable y es un cambio de actitud a la promoción de salud. La importancia del control obstétrico para solucionar problemas de enfermedades en un proceso que tiene que ser para detectar situaciones de riesgo para la madre del niño", agregó.