En el informe del organismo internacional, su presidente, el belga Raymond Yans, califica de “desafortunadas” las políticas que buscan “legalizar el consumo de cannabis con fines que no son médicos ni científicos” y que “de seguir adelante, pondrían en grave peligro la salud pública y el bienestar de la sociedad”.
En su informe anual señala que la legalización del cannabis en Uruguay "marca una tendencia peligrosa". "La JIFE pone de relieve que la ley aprobada en el Uruguay para legalizar la producción, venta y consumo de cannabis con fines no médicos contraviene lo dispuesto en la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes (...) y recuerda la necesidad de respetar los tratados", subraya.
Romani, que fue invitado como comentarista a la presentación del infome por el economista Francisco Thoumi, miembro de la JIFE, señala en la versión escrita de su comentario que "esto es más que un sesgo". "¿Cuáles son las premisas y estudios que llevan a concluir en forma tan concluyente sobre el peligro hacia la salud pública? ¿Por qué serían desafortunadas? No basta con afirmarlo, hay que desplegar las argumentaciones", expresó.
Si bien "las menciones que hace respecto a Uruguay son muy moderadas" lo que critica Romani es "lo que parece ser una obsesión: en reiteradas ocasiones habla de las iniciativas tendientes a cambiar el régimen de regulación y principalmente con el cannabis".
"Su punto de vista va más allá de los cometidos de la JIFE", expresó Romani, y aclaró que "no es un organismo de la ONU" sino que "es un órgano casi autónomo".
El embajador uruguayo se quejó de que la JIFE "no puede ser juez y parte". "Está en debate mundial el sistema de fiscalización. ¿Quién le dijo a la JIFE que los que tenemos esta iniciativa no tenemos en cuenta los objetivos de las convenciones?", expresó.
"La JIFE no tiene el derecho y se extralimita en dar opinión y formar parte de una posición que, en todo caso, es una posición más", señaló.