Larrañaga: “siempre supe que Lacalle iba a estar en carrera”

Jorge Larrañaga no le creyó al ex presidente Luis Alberto Lacalle cuando en 2007 dijo que se bajaba de la carrera electoral. En entrevista con el programa No Toquen Nada (Océano FM) reivindicó los valores de la familia tradicional aunque esté en trámite de divorcio: "mi vida es mi vida", señaló. El senador señaló que no quiere bajar la edad de imputabilidad y se preguntó si los mayores no tienen culpas y responsabilidades.

Actualizado: 20 de mayo de 2009 —  Por: Matilde Marti

Larrañaga: “siempre supe que Lacalle iba a estar en carrera”

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“Siempre supe que Lacalle iba a estar en carrera”, aseguró Larrañaga con respecto a la carta que escribió el ex presidente en 2007, donde ponía en duda su candidatura. El líder de Alianza Nacional lo consideró como “un retiro momentáneo” y aclaró: “yo no sirvo para replegarme y luego intentar avanzar”.

La interna del Partido Nacional (PN) es la única que aún está en juego, según Larrañaga. Dijo que el resto de los candidatos ya están definidos y se considera el único que le asegura a la oposición ganarle a Mujica en las elecciones nacionales.

Argumentó que él es “la renovación del partido”, ya que lo sacó de un 22% y lo llevó hasta el 35%. Más allá de las encuestas, Larrañaga dijo que cree en lo que percibe en la calle. “Tengo 52 años y estoy en la actividad política desde los 10, cuando acompañaba a mi padre a todos los actos”, contó. Afirmó que su extensa vida electoral le dio un “olfato político muy bueno” y si bien admite que hay una competencia importante con Lacalle, aseguró que le ganará al ex presidente en junio y en octubre o noviembre a Mujica.

Los valores y el pasado

El senador de Alianza Nacional quiere ser presidente para recuperar los valores que, según él, están olvidados en la sociedad uruguaya.

Piensa que los uruguayos perdieron el respeto entre sus pares. “Simplificadamente, terminamos culpando a los jóvenes. ¿No será que los mayores tenemos culpas y responsabilidades?”, cuestionó.

Dado que su sector defiende a la familia tradicional, no está de acuerdo ni con el matrimonio entre personas del mismo sexo ni con la adopción por parte de parejas gays. Aclaró que está en trámites de divorcio y que tiene otra relación, pero eso no quiere decir que “no esté de acuerdo con la familia tradicional, que no sea defensor de ella”. Además, citó el título de una película estadounidense para ilustrar su vida privada: “Mi vida es mi vida”, dijo.

Este miércoles, el sector de Larrañaga hará su propio acto en homenaje a los asesinados el 20 de mayo de 1976, Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz. Ese acto no coincidirá con la tradicional Marcha del Silencio. “Me parece que tenemos derecho a hacerlo”, indicó, al mismo tiempo que aclaró que no es la primera vez que recuerdan esta fecha y que no lo hacen porque sea año electoral.

“Reivindicamos un hecho que parece natural: que esos asesinatos estén excluidos de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado”.

Larrañaga admitió que con el gobierno del Frente Amplio “hubo avances en términos positivos, no tengo empacho en expresarlo”.

Un trabajo sacrificado

Larrañaga contó que hace 20 años que hace 100.000 kilómetros por año: “no tengo sábados ni domingos ni feriados”. Aclaró que esto no se debe a estar en un año electoral: “yo soy un luchador permanente, no soy zafral, yo trabajo los cinco años”.

Contó que debido al sacrificio que conlleva la actividad política, en 20 años, no pudo disfrutar enteramente de sus hijos. “Uno como ser humano siempre tiene la posibilidad de arrepentirse al dejar de lado situaciones que no son repetibles en la vida, aunque haya sido por voluntad propia”, se lamentó.

“La gente a veces cree que andamos poco menos que en una nube, flotando en un mar de bienestar, de placidez y de poder, cuando no es así”, aclaró: “muchas veces no tenemos derecho a cansarnos, sacrificamos el tiempo de familia, la posibilidad de tener tiempo con los amigos, de disfrutar de las cosas sencillas y cotidianas”. Aseguró que no hay nada más duro que representar a la gente y asumir compromisos, ya que esa es “una mochila cargada de piedras”.