Durante mucho tiempo hemos escuchado a comentaristas y relatores hablar del gol psicológico. Las misteriosas alusiones a ese fenómeno se repiten, en frases tan complejas como “es un claro gol psicológico”, o “de concretarse, evidentemente estaríamos ante la presencia de un gol psicológico”, o la casi indescifrable “pa, flor de gol psicológico le encajaron”.
¿Qué quiere decir esto? ¿Acaso que Freud levantó el centro y cabeceó Lacán? No sean bobos, háganme el favor, con hipótesis como esa la ciencia no va a ningún lado que no sea la casa de Eduardo Dangello. Y no queremos que la ciencia entre ahí, por el bien de todos.
Lo cierto es que no sabemos qué corno quiere decir, pero un grupo de científicos que se dedican a interpretar el diálogo entre los periodistas deportivos (así como otros grupos de trabajo en las ciencias hacen lo propio con el diálogo entre delfines), lanzó una hipótesis acerca del significado de esta expresión.
A continuación haremos un breve repaso por los diferentes “goles psicológicos” identificados hasta el momento.
Aquí el jugador deja al desnudo un problema en la relación con su madre. Es un gol psicológico complicado, sobre todo para la pareja del jugador, quien por la televisión ve estupefacta que su marido es un dislocado mental que no deja de pensar en la mamá, incluso después de 5 años de casado y tres hijos.
Este gol psicológico es un asco, directamente. Ver a un individuo grande, con pelos en las piernas, barba, etc, chupándose el dedo como un niño es realmente enfermizo. Observen, además, cómo el otro trastornado hace de madre y le aprieta la panza para que largue los gases. Esta gente merece prisión preventiva.
¿Qué le pasa a este monito? Opción 1: se descompensó hormonalmente. Opción 2: Es adicto a la pasta base. Opción 3: tiene la culebrilla. Opción 4: fue violado por el espíritu de William Wallace. Opción 5: Acaba de ver a su mujer con el pata de bolsa en la tribuna. Opción 6: Es el hermano del anterior y pelea por el amor de su madre.
“No, no, me muero, me muero, no puedo respirar, te juro que no puedo respirar!!!”… “¿Pero qué te pasa, enfermo de la cococha? Abrí los ojos, dale cagón, mirá que esto es Cerrito y no hay lugar para los blandos, dale, no vengas acá a mariconear con problemas de yupis que faltan 20 minutos”… “Creo que me estoy volviendo loco, no traje el rivotril y siento que me muero, me vuelvo loco”… “¿Pero qué decís, vejiga? O una cosa o la otra, hermano: o te morís o te volvés loco, las dos a la vez es imposible”.
Por favor, alguien que le alcance un juguete de movimiento perpetuo a este botija.
Foto 1: El gol psicológico despótico, un clásico. Miren la mueca enajenada de ese psicópata que exige silencio a una multitud; típico de jugador del Real Madrid, con un gesto dictatorial propio de Franco. Foto 2: Señala su nombre en la camiseta, como si la gente fuera estúpida y no supiera leer. Un irrespetuoso.
Este es un gol psicológico de la rama gestáltica, promiscuos como son ellos, que todo lo llevan al abrazo y el manoseo. Para los que no conocen, la terapia gestáltica es, básicamente, un psicoanálisis pero más pal relajo; en pocas palabras: los gestálticos piensan que sobarse entre sí hace más feliz al hombre.
Y sí, cuando los gestálticos chupan se pone brava la cosa. Empieza por un “abrazame así soy un individuo completo ante la demostración de tu afecto”, sigue por un “¿Tomamos un whisky?”, y termina así, en este gol psicológico prohibido. Observen la vejación que le aplican a ese pobre individuo al que por suerte no se le alcanza a identificar el rostro. La sonrisa sádica de Robinho (el del medio de los tres) es característica del espíritu orgiástico brasileño.
El legado de la Coca Sarli en el fútbol argentino.
Miren sino, ¿eh? Igualito.
Impresentable. Al fetichista no le importa nada, ¿un spiderman amarillo con los ojos en la frente? Y dale, si total, lo importante es el morbo y no la recreación exacta. El fetichista es muy caprichoso en sus elecciones, no respeta nada más que su deseo.
Muy bien, aplausos para el chanchito que besa pelotas! Por favor, chuponeándose una pelota de cuero el señor francés liberado de prejuicios! ¿y qué sigue? ¿las ubres de una vaca, los testículos de un toro? Señor francés, guarde su zoofilia para la intimidad o alguna película de los hermanos Dardenne.
“Mamá, mamá, ¿por qué papá está embarazado en la tele?”… “Porque es un psicótico de mierda, hijo, sólo eso explicaría la actitud enferma que tiene y el daño cerebral que te está haciendo con esta imagen”… “¿Y tú no me habías dicho, madre, que sólo tú podías quedar embarazada?”… “Es la pura verdad, querido hijo, que el efecto visual no te confunda: lo que tiene papá a la altura de la panza es su cerebro, le bajó hasta ahí para huir de la cárcel de cráneo en la que lo tenía encerrado y abandonado, sin uso alguno”. Se imaginarán el trauma que puede acarrear un individuo que vio a su padre embarazado en la tele, rodeado de muchachones que se le abalanzan como posibles padres de la criatura que crece en su abdomen, ojalá el Estado ponga coto a esta locura.
Si la patria me llama, aquí estoy yo. Cuando el trastorno nacionalista llega hasta límites impensados. Este caso es objeto de estudio de la psicología social.
