La voz de Susan Boyle ha cautivado a audiencias en todo el mundo, tal vez por esa razón la mujer que cantaba en la iglesia y en karaokes ganó el domingo un pase directo a la final del concurso. Según confesó después de interpretar Memory, disfrutó mucho el 'en vivo'.
Desde que saltó a la fama, su vida cambió radicalmente. Comenzó a cuidar su apariencia -que estaba muy desaliñada-, se compró ropa nueva y ya tiene hasta su propia muñeca. Para la última actuación, por ejemplo, lució un vestido marrón oscuro con pedrería y un colar.
El domingo, cuando Ant y Dec -los presentadores del programa- le preguntaron cómo había afrontado la presión, Susan respondió: "¿Qué presión? He disfrutado mucho, he disfrutado cada segundo. Lo haría de nuevo".
Y lo demostró celebrando con algunos pasitos de baile cuando le anunciaron que había ganado el voto de la audiencia.
Susan Boyle, que es soltera y vive en Blackburn con su gato Pebbles, logró impresionar con su voz a músicos como John Bon Jovi y a actrices como Demi Moore.
El próximo sábado todos los finalistas del concurso que competirán entre ellos. El ganador recibirá como premio la oportunidad de actuar en el Royal Variety Show, un espectáculo de variedades -con música, comedia, danza, magia- que cada año presencia la Familia Real, y un cheque por 100.000 libras (unos 150.000 dólares).
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