El asesor en el área de ingeniería de la Cámara Jurídica de la Unidad de Seguridad Vial (UNASEV), el comisario Fernando Rolando, explicó a 180 que "un casco certificado es un casco que fue sometido a una serie de ensayos que se traducen en garantía de seguridad para el usuario".
Estas pruebas evalúan la resistencia a los golpes, las perforaciones, la calidad de la hebilla y cinta que lo sujetan, así como la flexibilidad de la visera. Otro tipo de pruebas miden que la calidad del material cumpla con el mínimo de consistencia para absorber la energía del golpe. (Ver documento adjunto de la Facultad de Ingeniería).
Rolando dijo a 180 que además de elegir un casco certificado, es necesario cuidar el casco. Esto implica, por ejemplo, evitar que se caiga, porque es común que las caídas provoquen fisuras invisibles en el material, que se hacen notorias cuando hay un accidente y el casco se rompe porque la solidez ya estaba resentida.
El especialista de la UNASEV recordó a los motociclistas que no se puede utilizar cualquier tamaño de casco debido a que debe ajustarse sobre los pómulos, sin que llegue a presionar. Un ejemplo extremo de mala práctica es el uso de un casco de adulto para un niño. No sólo no lo protege, sino que puede dañarlo en caso de impacto, ya que la cabeza del niño "hace juego" dentro del casco.
Rolando anunció a 180 que se controlará la antigüedad del casco, el que deberá ser cambiado cada tres años como plazo máximo. El control del casco certificado y vigente se realizará a partir de diciembre de 2010.