El 21 de agosto, en conferencia de prensa, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, se refirió a “algunas limitaciones de carácter ambiental o ecológico” que estaba teniendo la actividad pesquera.
Dijo: “el tema de los lobos marinos lo vamos a tener que resolver porque está afectando a una cadena muy sensible. No solamente desde el suministro y la dieta saludable de los uruguayos sino también desde el ingreso de unos cuantos miles de pescadores artesanales”.
Consultado sobre cómo se procedería ya que no se podía matar a los lobos, Aguerre contestó: “creo que a la larga los vamos a tener que matar, no hay vueltas. Más allá de los reclamos ecologistas, habrá que definir una población mínima y mantenerla para después tomar acciones”.
"Tenemos que agarrar el toro por las guampas o el lobo por los bigotes", ironizó.
Al respecto, Enrique González, encargado de la sección de mamíferos del Museo Nacional de Historia Natural, señaló en No toquen nada que “Aguerre debería escuchar la opinión de los técnicos de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara) que, seguramente, no coincidan con él”.
“Ahí hay una grave falta de información acerca de los lobos marinos de Uruguay. Quisiera hablar de esos animales poniéndole dos nombres: león marino y lobo marino. Los que causan problemas a los pescadores son los leones marinos, del género Otaria, una especie que tiene una población relativamente pequeña de unos 15.000 ejemplares y una tasa de retroceso de 2% anual, mostrada por técnicos de Dinara”, apuntó González.
Comentó que los leones marinos comen los mismos peces que pescan los pescadores y tienen hábitos alimenticios costeros. “Es el que vemos en los puertos de Piriápolis o Punta del Este”, indicó.
Por otra parte, los lobos marinos, del género Arctocephalus, “no tienen conflicto con los pescadores porque se desplazan desde Isla de Lobos y otras a alimentarse hasta el borde de la plataforma continental. Es decir que nadan 150, 300 o 400 km para comer peces y organismos que no son los que buscan los pescadores”, indicó.
"Estamos corriendo el riesgo de entreverar dos especies que son distintas y matar a una, cuando la que causa el problema es la otra", afirmó.
Se refirió, además, a la actitud del ciudadano común, autoridades y legisladores del Uruguay de darle la espalda a la fauna. Comentó que el hecho de que el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca no transmita la opinión de los técnicos de Dinara, “muestra que estas instituciones que se dedican a la fauna son metidas en la misma bolsa que los ecologistas, en el sentido despectivo”.
Acerca de la referencia de Aguerre a los “reclamos ecologistas”, indicó: “quienes planteamos que lo que dice el ministro no tiene sentido no somos ecologistas, en muchos casos somos investigadores. Somos científicos que formamos parte de las instituciones públicas encargadas del estudio y conservación de la fauna”.
Añadió que eso se traduce en “una cultura que existe en el Uruguay para la cual la fauna es casi un ornamento que habita campos y mares, a la que utilizamos para hacer ganadería agricultura y pesca”.
Por su parte, el biólogo Cristian Clavijo, coordinador del libro “Especies prioritarias para la conservación en el Uruguay” apuntó que Dinara está trabajando en medidas que mitiguen la influencia de los leones marinos en la pesca. “Algunos problemas de conservación son temas de ponerse a pensar, de investigar profundamente y encontrar soluciones que, por ejemplo, ya existen en otras partes del mundo”, indicó.
Ingrese aquí para descargar el libro “Especies prioritarias para la conservación en el Uruguay”.