Astori dijo que no se puede discutir sobre el déficit fiscal actual sin tomar en cuenta su contexto y cuestionó las administraciones económicas de los gobiernos anteriores al FA.
“Discutir sobre el déficit del 3,3% del Producto está de moda en el Uruguay. Parece que fuera toda la discusión económica. Yo lo único que quiero compartir con ustedes es que este déficit de 3,3% del PBI no se puede discutir sin el conjunto de indicadores que están viendo en la pantalla. No se puede discutir porque conduce a conclusiones absolutamente falsas y erróneas”, dijo el vicepresidente y exministro de Economía.
Así repasó varios indicadores entre los que enumeró la deuda con vencimiento menor a un año que se ubica en 11,5% del PBI, los activos netos de encajes en el 27% del PBI, los bajos niveles de endeudamiendo “con la menor deuda neta de la historia contemporánea del Uruguay”, la deuda neta por monedas, prácticamente el equivalente al total en moneda nacional y la deuda pública a tasa fija: 83% del total.
“Este déficit de hoy es absolutamente diferente de un déficit, de la misma magnitud, en otras circunstancias muy distintas para el país. Entonces, a esta discusión hay que plantearla como se debe, no solamente con buena fe sino con rigurosidad conceptual. Y finalmente el próximo gobierno del FA va a recibir una sociedad más igualitaria e inclusiva”, dijo Astori. En tal sentido recordó que “el principal componente del gasto público” cuando el Frente Amplio llegó al gobierno en 2005 “eran los intereses de la deuda pública”.
“Hoy la situación está absolutamente al revés. Hoy los rubros dominantes del gasto público son los que están asociados a las políticas públicas que fueron expuestas el lunes pasado. Y por supuesto son las que absorberán la parte dominante del gasto público en el futuro”, afirmó.
Astori defendió la necesidad de “percibir la naturaleza esencialmente política” del Ministerio de Economía, en respuesta a afirmaciones desde el Partido Nacional.
“Lo hago porque hemos escuchado visiones tecnocráticas al respecto, estimuladas por enfoque reduccionista del trabajo que supone conducir la política económica del país. Hay que trabajar por la estabilidad de los precios, sin duda, y manejar con prudencia las cuentas públicas. Pero este no puede ni debe ser el final de la definición de las responsabilidades en la materia. Es por el contrario el principio de un camino en el que hay que respaldar y consolidar transformaciones de fondo. Siempre será deseable hacer política con el respaldo de la solvencia profesional. Pero solo con ella no es posible. Porque no es posible percibir los valores que inspiran un proceso político ni asumir cabalmente nuestra condición de sujetos de la historia, parte de un colectivo que la escribe y se resiste a ser la mera consecuencia de supuestas fuerzas incontroladas, para bien y para mal”, señaló.
En tal sentido, el vicepresidente dijo que “nunca durante los gobiernos anteriores a los nuestros la conducción económica estuvo asociada a estas transformaciones de fondo, con resultados positivos en relación a la calidad de vida de la gente. Siempre dominó la visión reduccionista referida a la responsabilidad macroeconómica”.
El exministro de Economía señaló diferencias en la administración fiscal y financiera entre los gobiernos del Frente Amplio y los anteriores.
“Respecto a la primera se pueden verificar las agudas diferencias en cuanto a la composición de los ingresos públicos, sobre todo los tributarios. Y la composición del gasto respecto a la segunda, alcanza con tener presente la enorme distancia entre las prácticas de regulación y supervisión de instituciones financieras que existían antes de los gobiernos del FA y las que hoy están en la base de la red de seguridad financiera que se comenzó a tejer a partir de 2005. En el mismo sentido podíamos citar la diferencia entre gestión de la deuda antes de ese año y la que comenzamos”, señaló Astori.
“Es que según se la combata, hay inflación de derecha e inflación de izquierda. Según el origen y el destino de los fondos públicos, hay resultados fiscales de derecha y resultados fiscales de izquierda. Y, no hay caso, hay macroeconomía de derecha y macroeconomía de izquierda”, agregó.
Por último, Astori defendió la necesidad de reconocer los cambios que ha impulsado el Frente Amplio para poder seguir cambiando.
“El tercer gobierno del Frente Amplio no será más de lo mismo. Traerá nuevas transformaciones profundas, arriesgando siempre porque gobernar es arriesgar. Los uruguayos nos hemos hecho más exigentes a medida que hemos venido cambiando y nuestro gobierno progresista tiene que estar a la altura de esas exigencias. No por razones electorales sino por nuestra propia identidad. Con autocrítica, con humildad, con imaginación y haciéndonos cargo siempre de nuestras responsabilidades, seguiremos recorriendo nuestro camino. No se trata de un camino fácil. La lucha contra la burocracia, las conductas corporativas y las dificultades de gestión está llena de problemas, lo que a su vez tiene mucho que ver con otra gran deuda que tenemos y es la modernización estatal. Pero también importa enfrentar y vencer a la falta de audacia y la comunidad de no arriesgar. Actitudes incompatibles con el rumbo de un país que quiere avanzar. Otra tarea esencial a emprender es la de vencer la ignorancia de los resultados que se van logrando. No es posible seguir cambiando una realidad que no se conoce”, afirmó.