Cada vez que el técnico Sampaoli o un jugador de la selección chilena comparecen ante los medios hay un tema que se repite: la presión. Chile llegará a la próxima Copa América con una situación compleja, según el periodismo deportivo esta es la mejor generación de jugadores de la historia: Claudio Bravo titular en el arco del Barcelona, Alexis Sánchez ídolo en Arsenal y Arturo Vidal fijo en el 11 de Juventus son sus tres jugadores más sobresalientes. A ellos se les suman Gary Medel jugador del Inter de Milán, Mauricio Isla (Queens Park Rangers), Gonzalo Jara (Mainz 05) y Miiko Albornoz (Hannover 96). Todos titulares en sus equipos y base de la formación de Sampaoli.
La expectativa es grande, tanto que coloca a Chile con chances ciertas de lograr su primer título internacional de la historia, como lo recuerda un día sí y al otro también, alguna sección deportiva chilena. Si a esto se le suma que serán locales el cóctel puede ser peligroso. Expectativas desmedidas y público local para hacerse sentir, son dos elementos a los que el DT argentino quiere escapar.
La idea que maneja el cuerpo técnico de la selección es hacer una concentración en Europa y llegar a su propio país sobre la fecha de comienzo de la Copa América. Si de Sampaoli dependiera, Chile llegaría 10 días antes del debut, pero algunos compromisos comerciales podrían generar que los jugadores tengan que estar en Chile algunos días antes. A fin de cuenta el fútbol no es solo un deporte.
El técnico argentino dijo en conferencia de prensa que: “La enseñanza que me deja el mundial es que el exitismo popular a Brasil, que es la mejor selección del mundo, le generó mucha presión y esa presión le jugo en contra y terminaron extremadamente exigidos o autoexigidos y eso afectó el rendimiento”.
Ese mismo mundial en el que Chile avanzó en un grupo muy difícil y que en octavos de final quedó eliminada con Brasil por penales. El mismo mundial donde el jugador Pinilla decidió tatuarse la frase “a centímetros de la gloria” acompañada de un remate suyo que se estrelló en el larguero. Chile volvió a enfrentar a Brasil en Londres y volvió a perder en un partido que lo tuvo como protagonista. Tres días antes en St.Pölten (Austria) y con un equipo sin los habituales titulares, Chile perdió contra Irán, evidenciando los problemas de un plantel corto, tal vez demasiado.
“La enseñanza debe ser lograr que esa presión que le jugó en contra a Brasil, tratarla de llevarla a favor nuestro, que la presión popular y el sentimiento de la gente de Chile que necesita que su selección gane algo, nos tire para arriba” dijo Sampaoli en Austria. El verbo necesitar es fuerte, los chilenos más que querer, soñar o anhelar ganar, lo están necesitando. Queda claro que último centímetro para alcanzar gloria es el más difícil de recorrer.