“Venimos a rendir homenaje y despedir a un gran uruguayo, gran latinoamericano, esencialmente latinoamericanista y a un brillante escritor”, indicó a los medios Tabaré Vázquez durante el velatorio de Eduardo Galeano en el Salón de los Pasos Perdidos.
Expresó que Galeano “ha pautado a lo largo de más de seis décadas buena parte de nuestra America Latina con expresiones muy claras, muy precisas y muy compartidas”. Agregó que Galeano ha sido “un claro opositor de la cruda realidad de nuestra América Latina, tan heterogénea, uno de los subcontinentes más ricos del mundo pero donde la pobreza y desigualdad social son enormes”. Además, djo que “fue un gladiador para ponerle voz a los más humildes que no la tenían”.
Consultado sobre las obras del fallecido escritor, dijo que le impactó enormemente “Las venas abiertas de América Latina”, libro que, según dijo, “tiene aún una enorme vigencia, pese a que Galeano dijo que no la volvería a leer”.
También, contó que cuando llegó a la Intendencia de Montevideo en el año 1990, convocó a Galeano para ofrecerle la Dirección de Cultura. “En aquel momento me dijo que tenía una serie de compromisos a nivel internacional, -él viajaba mucho a dar conferencias al exterior-. Me dijo que lo lamentaba mucho pero no podía aceptar el cargo que le ofrecía”, relató el presidente Vázquez.
“Un poeta de la historia o un historiador poético”
Por su parte, el senador y expresidente José Mujica reconoció a los medios que no sabía si definir a Eduardo Galeano como “un poeta de la historia o un historiador poético”.
Hizo hincapié en la autocrítica del escritor y dijo que “no tenía piedad ni con él mismo”. “Desde ese punto de vista es un removedor permanente. Creo que lo que va a quedar indeleble en el tiempo es esa actitud no conformista de revisión y de utopista crónico por un mundo mejor, al cual dio lo mejor de su fuerza y ha contribuido a formar una parte importante de la cultura de los latinoamericanos”, señaló Mujica.
Contó que “hace poco” fue con su esposa Lucía Topolansky a visitar a Galeano a su casa. “Sabía que estaba embromado y, tal vez intuitivamente porque yo me voy acercando al hoyo, he agarrado la manía de ir y darle un abrazo a la gente que la valoro antes que hacerle un homenaje post-mortem”, dijo.
“El Uruguay le tiene que agradecer lo mucho que nos dejó”, comentó Mujica, con lágrimas en los ojos. Consultado acerca de qué sentimientos le generaba y qué recuerdos le venían a la cabeza, respondió: “se me vienen un montón de cosas de las cuales no quiero hablar”.