Pérez dijo a 180 que dos abogados están estudiando el caso y evaluando la posibilidad de iniciar acciones si se constatara la matanza de dos millones de pollitos por parte de cinco grandes avícolas, que sumadas producen el 70% de la carne de ave que se consume en el mercado interno.
Jorge Esquerra, el secretario de la Asociación de Avicultores del Uruguay, señaló que la noticia cayó como un balde de agua fría. “No estábamos enterados de que había pasado este suceso. Evidentemente nos tenemos que juntar con el diputado para saber sus fundamentos, que deben ser muy firmes para haber aplicado esta denuncia. Si esto sucedió, un hecho deplorable para todos ¿no? El Estado a nosotros nos ha dado una gran mano y creo que estos viejos hábitos no tienen que volver. Por eso estamos bajo investigación y de acuerdo a las reuniones y a las cosas que podamos lograr esclarecer tomaremos las medidas pertinentes”, apuntó.
Agazzi, por su parte, indicó que este gobierno ha logrado que se consuma más carne de ave, y que ahora está en segundo lugar, después de la vacuna. “Eso fue con exoneraciones tributarias, con estímulos de distinta naturaleza. Así que si alguien buscara mecanismos para aumentar el precio de carne de ave a los ciudadanos, sería una cosa bastante triste”, expresó.
El sábado por la noche, Esteban Pérez recibió una llamada de una persona que le informó que el viernes 10, representantes de cinco empresas avícolas se habían reunido a espaldas de la Asociación de Productores para acordar el sacrificio de grandes cantidades de pollos bebé, para generar una falta de stock y -en consecuencia- lograr aumentar el precio del kilo.
Según Pérez, producir un kilo de pollo cuesta unos 28 o 30 pesos. Los distribuidores lo compran a 40 pesos (lo que deja 10 pesos de ganancia a las avícolas) y luego es vendido a -más o menos- 52 pesos en el mostrador. El objetivo con esta matanza, sería subir el precio de la venta al público a 65 pesos, lo que significaría una ganancia de 25 pesos para las empresas, que venderían el kilo a los distribuidores a 45 pesos.
“Esto estaría violando una ley aprobada en 2007”, que regula la promoción y defensa de la competencia (Ley Nº 18.159). Si la información que le llegó a Pérez fuera cierta, estos empresarios podrían enfrentar penas económicas o -inclusive- de prisión.
“De todas maneras, si alguien tiene muchos pollitos y decide matarlos, desde el punto de vista jurídico creo que no es un delito. Creo que desde el punto de vista ético, en relación a nuestra población, va a ser difícil mirar de frente a la gente con la cara limpia”, dijo el ministro Agazzi.
Pérez conoce los nombres de las cinco avícolas que habrían efectuado la matanza y las cantidades de pollos asesinados. Una mató a 750.000, otra a 250.000, una tercera a 500.000, y una cuarta a 360.000. De la quinta empresa aún se desconoce el número, aunque piensa que en total serían dos millones.
Si cada pollo “genera unos dos kilos” (al mes y medio o dos meses de nacido) y se mataron dos millones de pollitos bebé (que tenían pocos días de nacidos), significa que dentro de dos meses faltarán en el mercado interno cuatro millones de kilos, con los que estas avícolas hubieran ganado 40 millones de pesos aproximadamente, explicó el diputado frenteamplista.
“No sólo se perjudica al consumidor sino a las familias que trabajar a façon y crían esos pollitos bebé (o sea, los mantienen en sus chacras por 45 días, les dan la ración y cuando están prontos los entregan). Al mes y medio, cuando crecen los pollos, las avícolas les pagan por cantidad de kilos producidos. Esas familias, cuando entreguen los que tienen, no van a recibir y por ende no van a cobrar”, señaló Pérez.
Las dos empresas productoras de carne de ave consultadas, se negaron a dar declaraciones.