El incremento en los impuestos a los cigarrillos y el tabaco de armar decretado por el presidente Tabaré Vázquez es el primero en seis meses, luego de la suba firmada por José Mujica en diciembre, única en la pasada administración.
Dardo Curti, economista del Centro de Investigación para la Epidemia del Tabaquismo (CIET), dijo a No toquen nada que esperaban un aumento mayor ya que “el porcentaje de aumento es equivalente a los últimos seis meses de inflación”. Añadió que “es como mantener el valor real de los cigarrillos y el tabaco de armar” cuando el objetivo de la medida es reducir el consumo.
El economista explicó que como el impuesto está fijado en pesos nominales, en realidad bajó porque “la inflación está erosionando su valor”.
Se refirió al Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ratificado por Uruguay, en el que los países se comprometen a establecer una política de impuestos al tabaco, además de otras medidas puntuales.
Curti -que integra la comisión que llevará adelante el Protocolo para la Eliminación del Contrabando de Tabaco aprobado por ley el año pasado- indicó que Uruguay no está cumpliendo con dicho convenio que marca que el impuesto específico más el de valor agregado debe representar el 70% del precio minorista de las marcas de cigarrillos. Dijo que “Uruguay está por debajo de ese nivel”, apuntando que la última medición disponible rondaba el 66%. Además, aclaró que el aumento no será suficiente para alcanzar la cifra estipulada.
La posición del CIET es que los impuestos por cajilla, que quedarán en 45 pesos con el incremento, deberían estar entre los 58 y 62 pesos por cajilla para volver a tener el nivel que en marzo de 2010. Dijo que en ese momento “fue el nivel más alto de precio pero también el más bajo de consumo de productos de tabaco en las últimas décadas que alcanzó el país”.
La Asociación de Kioscos, Salones y Sub-Agentes de Quinielas del Uruguay emitió un comunicado este miércoles en el que indicaron que “el fumador no va a dejar de fumar porque el cigarrillo está caro” y que “va a ir a la feria y se va a comprar un cigarrillo que pueda pagar”. Al respecto, Curti dijo que “es falso que no haya impacto en la actitud del consumidor" y que toda la evidencia tanto nacional como internacional que tienen en CIET apunta a que sí lo tiene.
Además, dijo que las cifras no marcan que aumente significativamente el contrabando y que es “exagerado” decir que la gente salga disparada a comprar a las ferias. “Ese es un latiguillo que la industria repite en todo el mundo. En realidad, cuando suben los impuestos, baja el consumo. El contrabando podrá aumentar o no. En Uruguay no tenemos evidencias hasta el momento de que haya ocurrido”, señaló.
Curti dijo que si bien “puede haber aumentado la participación del cigarrillo ilegal en el porcentaje del mercado, como el mercado legal se achicó por el aumento de impuestos, en porcentaje puede haber un aumento en cantidad de cajillas vendidas pero no en prevalencia, no en el consumo real”.
Para el economista, lo que debe hacer el Ministerio de Economía y Finanzas es “ponerse al hombro este tema”. Sugirió que se adopte la regla de utilizar un índice como meta de inflación que excluya a los productos de tabaco. “Nos evitaríamos que la política de inflación y la de control de tabaco colidan. Evidentemente, se podría aumentar el impuesto sin que haya un impacto en el IPC”, apuntó Curti.
