Gabriel Oddone París

TISA: dos preguntas, algunas respuestas y una certeza

Actualizado: 07 de julio de 2015 —  Por: Gabriel Oddone París

¿Por qué Uruguay debe participar en las negociaciones por el TISA?

Porque le permite:

1. Acceder a información clave para trazar una estrategia fundada en la agenda internacional de liberalización del comercio de servicios (un sector que representa más del 50% del PIB).

2. Contar con la oportunidad de negociar en solitario lo cual debería ayudar a:

i. “Salir de la jaula” del MERCOSUR tejiendo alianzas adicionales (no sustitutas).

ii. Aprender y ganar experiencia propia en negociaciones comerciales bilaterales que son cada vez más relevantes en la agenda internacional.

3. Tener un ámbito en donde negociar excepciones para algunos regímenes especiales (subsidios, exoneraciones, monopolios públicos, zonas francas) que deben ser preservados.

4. Negociar instrumentos que ayuden a globalizar compañías locales amenazadas por el desarrollo tecnológico y por falta de escala.

¿Constituye una amenaza para la soberanía nacional negociar acuerdos como el TISA?

Definitivamente sí. Sin embargo no debe perderse de vista que:

1. Los estados nacionales no han cesado de perder soberanía debido a la mayor globalización de las relaciones económicas, sociales y políticas. Por ejemplo:

i. La integración comercial y financiera obliga a gobiernos cooperar y negociar aspectos tributarios lo que supone resignar soberanía en sus jurisdicciones.

ii. La tecnología disponible permite saltear cada vez más regulaciones domésticas: servicios de transporte (UBER), compras on-line, etc.

iii. Los organismos internacionales regulan de forma “mandatoria” sobre custodia y movimientos de dinero por razones de seguridad o sobre requisitos de producción / prestación por razones medioambientales.

iv. Los organismos internacionales y administraciones de justicia de terceros países juzgan y condenan a personas por delitos especialmente graves como la violación de los derechos humanos cometidos en otros territorios “soberanos”.

2. Impedir la erosión de la soberanía de los estados nacionales no es la cuestión. La cuestión es negociar a nivel internacional para que las consecuencias de la globalización sean manejables para quienes ejercen la representación legítima de los votantes en cada jurisdicción.

 

Por supuesto, Uruguay es un país muy pequeño y con escasísimo peso a nivel internacional como para poder influir de manera determinante en el curso de las negociaciones sobre TISA. Mantenerse al margen de ellas no es la mejor forma de defender los intereses de los ciudadanos. Por el contrario, participar activamente mediante alianzas que puedan terminar influyendo, es el riesgo que vale la pena asumir. Ese es el desafío de los gobernantes uruguayos en la agenda del TISA en 2015. 

 



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