Aldo La Marca

Por amor al fútbol, no lo hagan

Con el mayor respeto por los argumentos sociales y políticos, en el tema futbolístico la independencia de Catalunya sería catastrófica para la Liga española.

Actualizado: 23 de setiembre de 2015 —  Por: Aldo La Marca

El Barcelona es campeón 23 veces de esta competencia, entre esos títulos está el primero de la liga española en 1929, y un equipo clave en la fundación del torneo. Ni hablar de éxitos a nivel continental y de filosofías de juego memorables. El Barcelona es clave en la historia del fútbol español, europeo y mundial.

Si bien hay factores ajenos a lo deportivo que son los principales propulsores de este movimiento independentista, uno de los ámbitos que más sufriría es el fútbol. Un equipo que vive de millones de euros de ingreso por derechos televisivos y taquilleros. ¿Creen que estos millones van a seguir ingresando si el equipo azulgrana compartiese liga con Espanyol, Girona, Sabadell, Hospitalet, entre otros? ¿Quién vería una liga así? Además, el Barça perdería a sus principales referentes: no existirían ingresos –ni siquiera por parte de las principales marcas deportivas y patrocinantes– para pagar semejantes sueldos como los de su plantilla actual. Un club que dio vida al Dream Team de Cruyff y al Pep Team de Guardiola, ambos comparados con las mejores equipos de la historia, dejando legados inolvidables. Donde jugaron varios de los mejores futbolistas de la historia. No pasa por la mente de muchos que se desinfle así por así.

Y cabe mencionar que el Barcelona no sería el único perjudicado, o el Espanyol. La Liga y sus demás equipos referentes extrañarían al blaugrana, sobre todo su clásico rival. Cada héroe necesita al villano que da sentido a su vida. De eso se trata cada Real Madrid-Barcelona, una batalla futbolística que nunca nadie se quiere perder. Sin perder de vista el factor económico: los Clásicos son una máquina de producir dinero tanto para los dos clubes, la LFP, los medios y a la industria de telecomunicaciones.

Es una decisión delicada la que tienen que tomar los catalanes, que abarca ámbitos extradeportivos muy interesantes. Solo cumplo con poner sobre la mesa lo que sucedería con el fútbol español –y catalán para los separatistas– de llevarse a cabo este movimiento. Sin duda que es un enredo más que complicado, con consecuencias deportivas poco alentadoras. 



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