Nunca puede haber soñado Valdez con tantas cosas juntas. En menos de dos años pasó de ser vicepresidente de Rentistas a presidente de la Conmebol.
Cuando a comienzos de 2014 los clubes, por pedido de Francisco Casal y de Tenfield, dieron un golpe en la AUF y lograron deshacerse de Sebastián Bauzá, Valdez era apenas presidente interino de Rentistas. Estaba allí debido a que el presidente Mario Bursztyn estaba suspendido por Conmebol a raíz de la denuncia que junto a otros clubes y a la Mutual habían presentado, también por exigencia de Casal.
Cuando los clubes se juntaron para elegir nuevo presidente, Óscar Curutchet no aceptó el cargo, entonces Valdez fue electo.
Meses después y luego de duras negociaciones fue confirmado por los clubes como presidente de la Asociación.
Algo similar le sucedió en la Conmebol, donde Valdez llegó al Ejecutivo al ser confirmado en la AUF.
El presidente de la AUF asumió el cargo de segundo vicepresidente de la Conmebol pero ahora, tras las denuncias sobre el chileno Jadue, vicepresidente primero, y la detención del paraguayo Napout, presidente del organismo, quedará de forma interina como máxima autoridad del fútbol sudamericano.