Por Benoît Noel, AFP
En una época en que los clubes italianos causaban furor con su catenaccio, es decir el cerrojo ofensivo, el joven Cruyff y su entrenador Rinus Michels demostraron que el juego ofensivo y la belleza pueden también llevar al éxito.
Cruyff es hijo del Ajax. Pero hoy, es el equipo de Ámsterdam el que está en deuda con él. “Su legado es inmenso”, comentó el ex arquero Edwin van der Sar, hoy director comercial del club.
Nacido el 25 de abril de 1947 en Ámsterdam, en una familia modesta, Johan Cruyff creció a unos pasos del estadio del Ajax, “De Meer”.
A los 10 años vistió por primera vez la camiseta rojiblanca del club y rápidamente recibió el calificativo de genio. Su técnica compensaba largamente su falta de impacto físico. Alto y delgado, el muchacho de las gambetas elegantes fue descubierto por el entrenador Rinus Michels, quien, en 1965, convirtió a un Cruyff de 17 años en titular indiscutible.
A los pocos meses los hinchas le conocían ya como “el príncipe de Ámsterdam”. Cruyff tenía madera de jefe, dirigía a sus compañeros, incluso a los que eran mucho más mayores.
Durante su época en el club de Ámsterdam, hasta que se fue al Barcelona, marcó un promedio de 30 goles por temporada.
“Los deportistas confunden a menudo velocidad de ejecución y velocidad de análisis. Si yo arranco la carrera antes que mi adversario, es porque he entendido antes que él lo que iba a ocurrir”, explicó alguna vez Cruyff.
Con Michels, Cruyff desplegó el fútbol total. Pressing alto, rapidez, puestos intercambiables. Revolucionó los estereotipos de la época, le añadió imaginación al juego. Apostó por la posesión. “Si tenemos el balón, los otros no pueden marcar”, decía.
En 1972, cuando el Ajax venció al Inter de Milán en la final de la Copa de Europa (2-0, dos goles de Cruyff), el jugador alcanzó la cima.
Con el Ajax, ganó tres Copas de Europa en 1971, 1972, y 1973, y se convirtió en el primer jugador en ganar tres Balones de oro, en 1971, 1973 y 1974.
Al lado de Johan Neeskens, Ruud Krol, Arie Haan y otros, maravilló a los amantes del fútbol.
“¿El juego del Ajax? Un juego fácil, pero es difícil jugar fácil”, repetía a menudo.
Todo parecía fácil para esta banda de amigos a los que les gustaba la diversión, el tabaco, el alcohol y las fiestas, hasta un punto difícil de ver hoy en día.
El príncipe de Ámsterdam, el hombre de la larga melena, fue la primera estrella de rock del fútbol.
Y el fútbol holandés, el Ajax principalmente, lleva todavía su sello, entre al brillo y la arrogancia.
“Siempre pensaba ofensivamente, pedía que pensáramos más rápido que los demás”, recordaba recientemente Marco van Basten, otro Balón de oro en el que se apreciaban rasgos de su mentor.
Cruyff era un adepto del 4-3-3. Un sistema que impuso en el Ajax cuando se convirtió en entrenador (1985-1988) y que rige aún hoy.
En los equipos inferiores del club, el sistema es intocable. “Johan construyó un edificio que todos los entrenadores que le sucedieron han tratado de conservar”, explicó Frank de Boer, el técnico del primer equipo.
"Nunca vi a un saco de billetes marcar un gol" y otras frases de Cruyff
Recuadro ESP | Fbl | NED | deceso
Barcelona, España | AFP | jueves 24/03/2016 - 17:33 GMT | 299 palabras
Johan Cruyff, mito del fútbol fallecido este jueves por un cáncer, era conocido también por sus declaraciones ingeniosas o llamativas sobre el fútbol o la vida en general.
Sus frases más recordadas
"Jugar al fútbol es muy fácil, pero jugar fácil al fútbol es lo más difícil que hay".
"La técnica no es poder hacer 1.000 malabarismos. Todo el mundo puede conseguirlos entrenando. Luego puedes irte a trabajar a un circo. La técnica es pasar el balón con un toque, con la velocidad adecuada, al pie correcto de tu compañero".
"He jugado en un equipo fantástico, que brindó un gran momento a millones de espectadores. Eso es el fútbol".
"¿Por qué no se podría ganar a un club más rico? Nunca vi a un saco de billetes marcar un gol".
"No soy religioso. En España, los 22 jugadores hacen la señal de la cruz antes de saltar al campo. Si eso funcionara, todos los partidos tendrían que terminar con empate".
"Cuando ya has ganado algo ya no estás al 100%, sino más bien al 90%. Es como botella de agua con gas abierta. Después de un momento queda menos gas".
"Está estadísticamente probado que un jugador tiene el balón una media de tres minutos. Así que lo más importante es lo que haces en los 87 minutos en los que no tienes el balón. Eso es lo que determina si eres un buen jugador o no".
"En mis equipos, el portero es el primer delantero, el goleador es el primer defensa".
"La calidad sin resultados es inútil. Los resultados sin calidad aburren".
"Soy un exjugador, exdirector técnico, exentrenador, exmánager, expresidente de honor. Una lista bonita que demuestra una vez más que todo se termina".