Un coche bomba hizo explosión sobre las ocho horas locales, tres de la mañana de Uruguay. Poco después, en el momento en que llegaban los equipos de socorro, un kamikaze hizo estallar los explosivos que llevaba encima, según una fuente del ministerio de Defensa.
Tres mujeres, cinco niños y tres policías figuraban entre los muertos.
Según testigos, un autobús escolar pasaba por el lugar en el momento del atentado. El vehículo se vio gravemente dañado y los padres de los menores se precipitaron al lugar para encontrar a sus hijos.
"Oí una fuerte explosión seguida pocos minutos más tarde de una segunda explosión. Vi un auto estallar. Se encontraba justo detrás de un autobús escolar. Muchas niñas resultaron heridas. Las personas que estaban sentadas en las terrazas de los restaurantes y los cafés resultaron heridas o murieron", declaró a la AFP Hasal al Obeidi, un comerciante de 48 años.
"Había mucho humo por todos lados. Vi a muchas víctimas ensangrentadas", afirmó por su parte Fadel Husein, un camarero de 40 años.
Entre los 68 heridos, trasladados a seis hospitales de la capital iraquí, había cinco mujeres, diez niños, seis policías y cuatro soldados, según el ministerio de Defensa.
En la carretera en la que fue perpetrado el atentado hay gran cantidad de restaurantes y cafés, donde desayunan habitualmente muchos miembros de los servicios de seguridad.
La técnica del atentado sucesivo se utiliza frecuentemente en Irak. La segunda explosión tiene como objetivo alcanzar al mayor número posible de policías y socorristas. Esta forma de actuar lleva en general la firma de Al Qaeda.
El doble atentado del lunes es el más sangriento cometido en Bagdad desde el 17 de junio, cuando un coche bomba dejó 51 muertos y 75 heridos cerca de un mercado del barrio de Al Hurriyah, en el noroeste de la ciudad.
El lunes era precisamente el día en que los 54.000 miembros de las Sahwas, remunerados hasta ahora por el ejército estadounidense y considerados como "traidores" por Al Qaeda, comenzaban a recibir sus sueldos del gobierno iraquí.
En el mercado de Baquba, localidad situada al noroeste de Bagdad, una kamikaze hizo estallar los explosivos que llevaba sobre sí poco antes del mediodía en un retén vigilado por los Sahwas.
Además de los cuatro milicianos muertos, 15 personas, entre ellas tres mujeres, resultaron heridas.
Perpetrados principalmente por partidarios de la rama iraquí de Al Qaida, los atentados suicidas, y principalmente los cometidos por mujeres, aumentaron considerablemente en 2008 en Irak.
Más de 30 mujeres realizaron atentados suicidas desde principios de año, en comparación con sólo ocho en 2007.