Este martes, se presentó el libro “Figueredo, a la sombra del poder” de Diego Muñoz y Emiliano Zecca en No toquen nada.
La obra reconstruye la carrera de Eugenio Figueredo, el expresidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), que está bajo prisión domiciliaria.
Bardanca dijo que “Figueredo fue una persona muy astuta”.
“La astucia de Figueredo lo llevó a encontrar su espacio en el fútbol uruguayo y en una estructura internacional, fundamentalmente con acercamientos estratégicos a personajes que se perpetuaron en el poder del fútbol continental y mundial. Ese fue Eugenio Figueredo”, indicó.
Agregó que el exdirigente “se transformó en el instrumento justo en el lugar estratégico para que otros consolidaran su dominio del fútbol uruguayo”, en referencia a la alianza que tuvo con Francisco Casal, propietario de la empresa Tenfield, dueña de los derechos de televisación del fútbol local.
Sobre el vínculo con el empresario, Bardanca dijo que fue “con idas y vueltas pero estando en una sintonía casi que permanente”. Para el periodista, Figueredo fue “el instrumento justo para que el fútbol uruguayo tenga un estado de situación desarrollado a lo largo de los años que lo lleva a depender casi exclusivamente de los designios de una persona”.
El periodista Leonardo Haberkon dijo que Figueredo fue “vivo e inteligente para ubicarse en cada situación” pero planteó que logró “sacar rédito sin construir nada”.
Agregó que sin dejar “nada concreto”, el exdirigente manejó cifras millonarias, compró un apartamento de 500.000 dólares cuando aún no era un hombre de peso en el ambiente, entre otras cosas.
Comparó la situación de Figueredo con la de Casal, a quien “uno puede criticarlo de muchas maneras pero ahí está su imperio, su empresa, Tenfield”. “En cambio, ¿qué hizo Figueredo? Cuando estuvo al frente de la AUF fue uno de los períodos más nefastos que se pueden recordar”, añadió.
“Ese don de ubicarse le ha permitido hacer mucho dinero sin haber hecho nada, salvo, justamente, ubicarse y ser funcional a quien necesitó su favor en el algún momento”, comentó.
Siguiendo con esta línea sobre el legado del exdirigente, Bardanca recordó que cuando nombraron a Figueredo como presidente de la Conmebol y le tocó informar la noticia, dijo que “Figueredo dejó deudas y juicios”, a los que se refirió como “un montón de basura que todavía está escondida debajo de la AUF”.
También, Bardanca indicó que Figueredo “dejó impuesto un estilo de conducción que se ha promovido durante años a nivel de los dirigentes y que ha prosperado en el fútbol uruguayo, donde se impuso la figura del bandido, el que toma el atajo”.
Por otra parte, planteó que la contracara a estas facetas es que el pasaje de Figueredo por la AUF dejó “lo mejor que ha tenido el fútbol uruguayo en la última década: las ideas de Tabárez”.
“En su momento, cuando el poder político movió fichas y Figueredo tambaleaba, su manotazo de ahogado fue nombrar a Tabárez. Ahí está su astucia, que tiene fecha de vencimiento: hoy está preso”, agregó Bardanca.