Portugal silenció Francia, así como los griegos silenciaron al país lusitano en 2004. Aquella selección portuguesa, capitaneada por Luís Figo y entrenada por Luiz Felipe Scolari, era favorita para quedarse con su primer trofeo internacional, pero terminó sucumbiendo en el partido decisivo ante el gol de Angelos Charisteas. Doce años después, los lusos, capitaneados por Cristiano Ronaldo y dirigidos por Fernando Santos, se tomaron revancha y consiguieron su primera copa como selección.
El juego de Portugal no fue el mejor durante el torneo, y era, quizás, el menos favorito de los candidatos al título. Sin embargo, demostró carácter, personalidad e inteligencia. Clasificó la fase de grupos como tercero con tres empates, los octavos de final con un gol al minuto 117, y los cuartos por penales. Los partidos más convincentes del equipo de Fernando Santos fueron los últimos dos, la semifinal ante Gales (2-0) y la final contra Francia (1-0).
El éxito continental de esta selección no tiene como principal responsable a Cristiano Ronaldo. El jugador del Real Madrid apareció en determinados momentos –importantes– de la competencia (doblete ante Hungría para meterse en octavos de final y el primer gol ante Gales), pero el mérito principal de Portugal fue a nivel colectivo. Sin embargo, sus goles en la fase clasificatoria y su liderazgo, tanto dentro como fuera de la cancha, fueron factores determinantes. El 7, a sus 31 años, ya es leyenda en su país.
Varios otros jugadores tienen culpa de la coronación portuguesa, y el once inicial fue mutando a medida que avanzó la copa. Empezando por el arco, Rui Patrício dio seguridad durante toda la Euro, y en la final tuvo, probablemente, el mejor partido de su carrera. Pepe culmina su mejor temporada a un gran nivel, campeón de Europa con su club y su selección. El defensor del Madrid volvió a colocarse en el top 5 de centrales a nivel mundial. José Fonte le arrebató el puesto a Ricardo Carvalho, quien fue titular toda la fase de grupos. Cédric desplazó del once a Vierinha como lateral derecho, mientras que Raphael Guerreiro y Eliseu se turnaron del lado izquierdo. El primero fue titular en la final y demostró por qué jugará en el Borussia Dortmund la próxima temporada. En el centro del campo William Carvalho le ganó la partida a Danilo Pereira como único 5, Adrien Silva y Renato Sanches (nuevo jugador del Bayern Múnich) les ganaron el puesto a João Moutinho y André Gomes (tuvo problemas físicos), y João Mário se consolidó en su posición. En ataque, no hubo quién discutiera a Nani y Cristiano. Quaresma cumplió notablemente con su labor de revulsivo.
A pesar de todo esto, Portugal tuvo un héroe más que inesperado: Éder. El delantero al que muchos llaman “mueble”, que solo había jugado 15 minutos en toda la copa, nuevo jugador del Lille francés, se puso la capa y le dio la primera Eurocopa a su país a los 109 minutos de partido en el Stade de France.
En la final, Fernando Santos tuvo que reordenar piezas tras la lesión de Cristiano en la primera media hora de partido. Una entrada de Dimitri Payet le causó al capitán portugués un esguince de rodilla que le obligó a retirarse temprano en su partido soñado. El resto del equipo se repuso anímica y futbolísticamente con mucho oficio y pundonor. El llanto desconsolado del crack luso fue desgarrador.
Cristiano Ronaldo aseguró el pasado 9 de junio, previo al inicio del torneo, que el futuro de Portugal sería “positivo” y que ganarían una Euro o un Mundial. Un mes después el fútbol le dio la razón. Habrá que esperar a Rusia 2018 a ver si se la sigue dando. Bienvenido Portugal al club de los campeones.
Más de Aldo La Marca en concomba.wordpress.com
Las opiniones vertidas en las columnas son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente posiciones del Portal 180.
