La inauguración empezó, el presidente del COI, Thomas Bach, saludó, pero al final no sonó el nombre del presidente interino de Brasil, Michel Temer, quien apenas tiene un nivel de aceptación del 22%.
Los asesores del presidente le atribuyeron al COI la decisión de no anunciar la presencia de Temer, según informó O Globo.
La inauguración fue de la música al arte, de las leyendas de las partituras a los genios de la geometría, como Athos Bulcao. Por momentos, las ondas de Copacabana se trasladaron al estadio y el símbolo de la paz presidió el escenario, inspirado en las formas y curvas de Oscar Niemeyer, el maestro brasileño de la arquitectura moderna. Ecología, arte y pacifismo.
En medio de esto llegó el momento de la noche en que Temer debía ser presentado junto a Bach, según el programa oficial, pero el presidente interino se quedó en segundo plano.
Al final del evento, Temer tenía que declarar oficialmente abiertos los juegos y así lo hizo. Fue breve, dijo lo justo. Pero no evitó los abuccheos y la silbatina.