Primero del mundo desde 2014, Carlsen hizo la primera movida con sus fichas blancas, contra las negras del ruso. La partida duró dos horas y se acordó un empate. Este sábado se jugará la segunda.
Pocas veces un mundial enfrentó a dos jugadores tan jóvenes: Karyakin tiene 26 años y Carlsen los cumplirá el 30 de noviembre, el último día de la competencia, considerada por los especialistas como el enfrentamiento "más interesante en 30 años".
"Es el sueño de toda mi vida: convertirme en campeón y devolver la corona del ajedrez a Rusia", dijo Karyakin el jueves, citado por la agencia estatal de noticias rusa Ria Novosti.
"Hacía mucho tiempo que no habíamos tenido un enfrentamiento entre dos jugadores de la misma edad", se entusiasmó la leyenda viva de este juego Anatoli Karpov, en conversación con la AFP.
Nacidos muy poco antes de la caída de la Unión Soviética, los dos jóvenes protagonizarán el choque de dos escuelas: Carlsen representa a la occidental y Karyakin, a la tradición rusa.
La competencia tiene aires de Guerra Fría, en momentos de ásperas tensiones entre Rusia y Estados Unidos por la guerra en Siria y la situación en Ucrania.
Recuerda, además, aquella jugada en 1972, durante la Guerra Fría, denominada "el partido del siglo", en el que el soviético Boris Spassky perdió contra el gran maestro estadounidense Bobby Fischer.
6,5 puntos para ganar
Nacidos en 1990, los jugadores son rivales casi desde la infancia y se conocen bien. Suelen incluso hablar por Skype, aunque sus intercambios se redujeron al mínimo antes de esta competencia.
En el transcurso de los 12 partidos previstos, los jugadores ganan un punto en caso de victoria y 0,5 en caso de que sea una partida nula. El primero en llegar a 6,5 puntos gana el campeonato.
En caso de empate al término de las 12 partidas, se organizarán nuevos juegos.
Aunque Carlsen cuenta con todas las apuestas, Karyakin, que entrena al menos seis horas diarias, tiene grandes chances de ganar el torneo y de llevarse unos 650.000 dólares, mientras que el perdedor obtendrá 430.000 dólares.
"Si te desconcentras, las consecuencias pueden llegar en cualquier momento", subrayó el prodigio ruso, quien reconoció no ver "casi ningún punto débil" en su adversario. "Vinimos aquí para luchar en la batalla y reconquistar la corona", agregó.
Un juego competitivo
El partido se empieza a juegar dos días después del seísmo político que provocó la victoria presidencial de Donald Trump.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, viajó hasta Nueva York para apoyar al jugador ruso durante este campeonato mundial.
"Los dos adversarios son jóvenes y tienen una experiencia sólida. Se conocen y saben qué les espera", declaró, citado por Ria Novosti.
Para la leyenda rusa del ajedrez, Anatoli Karpov, el formato del juego entre estos dos prodigios no prevé sorpresas.
"Con un campeonato en sólo 12 partidos, los jugadores no pueden permitirse ningún riesgo", explicó a la AFP.
AFP