Doce fueron procesados con prisión por asociación para delinquir y cohecho (coima). Además fueron procesados sin prisión cinco personas por cohecho y una escribana por falsificación de documento.
La red tenía tres gestores que le pagaban a los inspectores con el fin de que particulares obtuvieran libretas de conducir sin cumplir con los requisitos exigidos.
El pedido de la fiscal señaló que en algunas oportunidades los particulares al pagar obviaron la realización de la prueba práctica y en otras la escrita. También en caso de que cometieran errores en los exámenes, igualmente eran aprobados por los inspectores actuantes.
La denuncia fue realizada por la Dirección General de Tránsito y Transporte de Canelones a instancias de datos aportados por particulares.
Marcelo Metediera, director de esta división, explicó a No toquen nada cómo son las pruebas que realizan para entregar la libreta.
“Tenés el procedimiento administrativo, el procedimiento teórico y el práctico, tanto la destreza del manejo con las vallas y luego la conducción en calle. El examen pista consta de dos etapas. Una que es hacer las maniobras, estacionar, cambio de frente... Eso lo hace un inspector y el otro toma la prueba de calle, salir a circular por la calle. A veces podía ser que uno hiciera las dos cosas”, explicó.
Mauricio Kur, abogado de uno de los inspectores detenidos que fue liberado, dijo que no había manera de que algunos se enteraran de lo que pasaba. Kur dijo que para poder entregar más libretas, los inspectores trabajan solos y no en parejas.
“El gestor sabía qué inspector iba a contactar. Tenía que estar uno de esos inspectores en la dupla que iba a tomar el examen para poder efectuar la maniobra”, afirmó.
Consultado sobre si el otro inspector no veía esa maniobra, el abogado respondió que el otro funcionario no estaba al lado. “El sistema que tiene la Intendencia en este caso es medio perverso. ¿Qué sucede? Tiene que hacer determinada cantidad de pruebas por día. Si trabajan en dupla, como deberían, el número de pruebas es 10. Si trabajan por separado, hacen 20 pruebas. Hacen confianza en el compañero y eso fue lo que arrastró que hubiera muchos inspectores detenidos y que cuando declararon se comprobó que no sabían lo que hacía el otro”, afirmó.