Para Sanguinetti, dentro de las figuras clave del siglo XX, a Fidel Castro “se lo ubica como el líder de una revolución que fue muy gravitante, que inauguró la Guerra Fría en América Latina, que encendió la esperanza de toda una generación y que luego terminó en un régimen frustrado”.
El expresidente contó en No toquen nada que conoció a Fidel Castro cuando trabajaba como periodista durante un viaje a Cuba en 1959, pocos meses luego que el ejército revolucionario entró en La Habana.
“Él había estado viviendo en el Hotel Habana Hilton, que luego pasó a ser Habana Libre, y una noche me lo topé en el ascensor. Como joven periodista, lo atropellé con una pregunta más o menos molesta sobre el alejamiento del presidente Manuel Urrutia, y me agarró y me hizo un discurso, me tuvo una hora y media en un pasillo. Yo trataba cada tanto de meter alguna baza y él seguía con su discurso”, relató.
Añadió cuando lo conoció su discurso “no era tanto ideológico, era de lucha contra la dictadura y la opresión, de cambio de las condiciones de vida de Cuba y hablaba del monocultivo de azúcar y la prostitución que, desgraciadamente, 50 años después siguieron o fueron peores que antes”.
Sobre la Revolución Cubana, Sanguinetti dijo que “al principio era una revolución”, y que cuando se dieron los juicios sumarios donde fusilaron a partidarios de Fulgencio Batista en la fortaleza de La Cabaña, se lo miraba “como el pesado tributo que se rinde a una revolución”, como se dio en la Revolución Francesa. A pesar de esto, Sanguinetti agregó que “el autoritarismo se vio a poco de andar”.
Opinó que “el embargo norteamericano fue una estupidez fantástica que todavía persiste y que sólo le sirvió al régimen para afincarse aún más y envolverse en una bandera nacionalista, como le pasó en su momento a la España de Franco”. “Lejos de debilitarlo, el embargo lo fortaleció”, agregó.
También dijo que “el discurso antiimperialista tenía enormes flojedades, porque Cuba podía comerciar con el mundo entero” pero “luego hubo un gran fracaso económico porque no se logró cambiar la estructura productiva ni modernizarla”.
El exmandatario contó que un día Castro le dijo “tú eres mi conservador predilecto” y él le respondió “¿conservador, yo? ¿Y tú que hace 50 años que conservas el poder, en qué categoría caes?”.
“Lo que está claro es que con Fidel se va el último protagonista de la Guerra Fría, que prácticamente se inicia en América Latina con la Revolución Cubana, que fue en el 59, y en el 64 que fue el golpe de Estado en Brasil, o sea, la réplica”, dijo Sanguinetti.
Agregó que ahí comenzó “un período tremendo en que de un lado se alentaron revoluciones y guerrillas”, y citó a Fidel que le dijo que “salvo en México intentamos hacer guerrillas en todas partes”; y que en el otro bando estaba Estados Unidos, quienes “alentaron o bendijeron los golpes de Estado que alentaron las guerrillas”.
“Esa fue la dialéctica tremenda de una Guerra Fría que en América Latina no fue fría, fue muy caliente, desgraciadamente”, comentó.