El informe señala el “el uso generalizado de la objeción de conciencia entre los profesionales de la medicina, lo que limitaba el acceso de las mujeres a servicios de aborto seguros y legales” como un problema persistente en el país.
La mayoría de las críticas del informe se basan en elementos aportados por agencias de Naciones Unidas, que en algunos casos reconocen avances en Uruguay pero marcan avances insuficientes o carencias en varios frentes. Tres de ellos son las condiciones de reclusión de los presos, la situación de mujeres afrodescendientes y la de las mujeres que sufrieron violencia sexual en la dictadura.