Pasaron apenas tres fechas y el fútbol uruguayo ya tiene un partido suspendido por violencia. Sucedió en el Parque, donde iban a jugar Nacional y River. La decisión de suspender el partido se basó en lo establecido por el protocolo de seguridad que acordó la integremial previo al inicio del torneo. Si hay un agredido, el hecho se denuncia y luego se constata, no se juega el partido.
A 45 minutos de las 20, hora estipulada para el inicio, trascendió la noticia de que un hincha tricolor había golpeado a un funcionario en una de las puertas de acceso a la cancha.
Tras la agresión, el personal de recaudación cerró las puertas al Parque Central y se retiró del lugar. Luego comunicó lo sucedido a los integrantes de la intergremial del fútbol uruguayo, entidad que conforman las asociaciones de árbitros, futbolistas, entrenadores, personal de recaudación y periodistas.
El hecho desató una situación caótica que duró cerca de una hora. Dentro del Parque los jugadores se enteraron de lo sucedido tras el calentamiento, los árbitros volvieron al vestuario, los integrantes del personal de recaudación se reunieron con los otros actores. Fuera, los hinchas que tenían su entrada y no podían ingresar se comportaron de manera ejemplar, algo que evitó que todo se fuera de control.