Por ejemplo, el 'zulo' donde supuestamente permaneció recluida no estaba listo cuando la secuestró Priklopil, de acuerdo a un reportaje de El País de Madrid. Además, trascendió que Natascha tuvo acceso a libros, periódicos y revistas, y pasó unas vacaciones en la nieve con su raptor.
Él se suicidó el día que ella escapó, en agosto de 2006, y ella decidió, hace algunos meses, comprar la casa en donde estuvo encerrada y el coche de su secuestrador porque era parte de su vida, según dijo. A su vez, vecinos de Priklopil la han visto arreglando el jardín.
Policialmente, el caso “Kampusch” fue cerrado en 2007, pero en realidad aún está abierto porque la historia de su secuestro, de su vida en un sótano y posterior fuga, no termina de cerrar.
El relato de su fuga, que ocurrió –según dijo- en un momento en que Priklopil se distrajo, fue investigado por la policía que encontró “enseguida cabos sueltos y lapsus sorprendentes”, continúa el artículo.
Fue a raíz de su historia que la revista alemana Stern averiguó que Natascha y su captor vacacionaron juntos en los Alpes. Además, una antigua vecina de la madre de la joven declaró que ella conocía a Priklopil antes del secuestro.
Thomas Muehlbacher, funcionario del Ministerio del Interior de aquél país, dijo que se revisará a fondo toda la evidencia del caso y que entrevistará alas personas que considere necesarias.
Ludwig Adamovich, ex presidente del Constitucional que dirige desde febrero del año pasado una comisión parlamentaria que ha reclamado la reapertura del caso, dijo que tiene “una lista de preguntas sin respuesta que sería necesario plantearle a Natascha”, indicó el matutino.
Como la de si Proklopil actuó solo, como ella asegura. También le gustaría ahondar sobre la relación entre captor y rehén, ya que se conoce que ella “estaba al corriente del éxito de la saga de Harry Potter, y tenía acceso a los diarios, a la radio y la televisión, y hasta hacían viajes juntos”, continuó Adamovich.
A su vez, sorprendió que Natascha no tuviera ningún apuro por reunirse con sus padres luego de ocho años de separación, y que quisiera identificar el cuerpo de Priklopil cuando supo que éste se había suicidado.
Ludwig Koch y Brigitta Sirny-Kampusch, separados desde antes del secuestro, apenas tienen sitio en la vida de Natascha, según la nota. “La madre se vio obligada a recurrir a los tribunales el año pasado, cuando un ex juez la acusó de maltratar a su hija, e incluso de estar implicada en su secuestro. Brigitta, de 59 años, sólo reconoce que las relaciones con Natascha no eran fáciles, y que el día del secuestro la había abofeteado por una mala contestación”, publicó El País.
