Cuando Aguirre firmó para Nacional muchos se preguntaron si estaría a la altura, si respondería a las expectativas. Buena parte de los cuestionamientos se generaron, parece mentira pero en el fútbol uruguayo aún se discuten cosas así, porque decían que no era hincha de Nacional. Como si eso limitara sus ganas de sobresalir, de colaborar con el equipo, de hacer historia en un equipo grande.
Lasarte, su cuerpo técnico y la gerencia deportiva evaluaron las prestaciones que podía dar Aguirre y no lo dudaron. Llegó un jugador preponderante que, en la etapa más caliente del torneo, saca la cara por el Tricolor y lo lleva a la punta del Apertura con goles decisivos y actuaciones determinantes. Apareció ante Danubio con dos goles cuando el equipo estaba perdiendo en el Parque Central, convirtió el agónico empate en el clásico con un golazo de afuera del área y fue la figura determinante en el siempre difícil Tróccoli con dos goles y una asistencia.
No fue un buen partido de Nacional, que a pesar de eso lo ganó y sigue como único puntero.
Cerro se bajó de la lucha por el título. El técnico, Alonso Barragán, logró que sus jugadores salgan a ser protagonistas ante cualquier rival y eso tiene mérito. Ante Nacional le faltó profundidad.
Lasarte debió poner a Felipe Carballo ante un imprevisto que dejó a Álvaro González fuera del equipo. El entrenador armó el equipo con Carballo, Santiago Romero y Diego Arismendi en el medio, Aguirre, Kevin Ramírez en los extremos y Hugo Silveira en ataque.
No se había armado el partido cuando Aguirre recibió por derecha, encaró hacia el medio y sacó un buen remate desde afuera que se metió contra el palo izquierdo de Yonatan Irrazábal.
A pesar de la ventaja, al Tricolor le costó encontrar los espacios en ataque. Como siempre, tuvo las subidas de Alfonso Espino y de Sergio Otálvaro como opciones por los extremos, pero le faltó claridad por el medio. La opción de Lasarte fue reforzar la marca y resignar juego.
Cerro trató bien el balón, buscó triangular, progresar sin saltearse ningún sector del campo. Sin embargo, cada vez que se acercó al área de Conde perdió peso. Tuvo un cabezazo de Rodrigo Canosa y un tiro de José Tancredi como jugadas más peligrosas.
A pesar de su poca elaboración y de tener menos la pelota, los de Lasarte fueron capaces de acercarse al segundo gol con un mano a mano de Silveira. Sobre los 39, Gonzalo Porras suplantó al lesionado Carballo.
En la segunda parte se acentuó el dominio local. Menos ansioso para atacar, con más claridad al arrimarse al arco rival, Cerro obligó a que Nacional retrocediera demasiado. Lasarte partió el equipo para que Aguirre, Ramírez y Silveira se encargaran de atacar.
En ese contexto, no extrañó que Jorge Rodríguez empatara de cabeza a los 57, tras gran jugada colectiva.
Los ingresos de Sebastián Rodríguez y Martín Ligüera tuvieron como objetivo mejorar el juego de mitad de cancha hacia arriba, donde Aguirre y Silveira se debatían hasta entonces sin compañía.
Sobre los 80, Aguirre confió en sí mismo, vio una oportunidad donde parecía que no la había y se decidió a presionar a Canosa. Le arrebató el balón, encaró hacia el medio y cedió para Ligüera que marcó el segundo.
Fue un golpe durísimo para Cerro, que no perdió la decisión pero se nubló en la búsqueda.
En los descuentos, Aguirre terminó la tarea con una sensacional carrera y una definición para el 3 a 1. A esa altura, nadie se preguntaba de qué cuadro era hincha.
