Mírenlo, sí, sí, ya llegó, acá está. El Cuarteto de Nos lanza a la calle su nuevo disco, Bipolar. Canciones que ya no suenan raras, con sonido y sello musical nuevo, Warner Music.
¿Para este trabajo sumaron más gente de la que están acostumbrados?
Musso: Quisimos hacer un disco en el que cada canción tuviese un tratamiento específico y una línea musical independiente. Eso hizo que muchos temas tuvieran arreglos de instrumentos no tradicionales dentro del Cuarteto. Se formó un grupo de trabajo buenísimo y el tiempo de grabación fue bastante largo. Fue muy disfrutable laburar en un grupo que sea más grande que nosotros cuatro, como lo fue en Raro.
Violín, Chelo, trompeta, trombón, teclado y bandoneón son los nuevos sonidos que se suman. Incluso nuevas voces, como la del cantante del Peyote Asesino, Fernando Santullo
¿Cuando escribieron el tema Mírenme, que cantan con Santullo, ya tenían pensando invitarlo?
Musso: En esa canción, como también está bastante presente en todo el disco, hay un cambio de personaje dentro del mismo tema. Está cantando un yo, que después se transforma en otro. Entonces, en realidad cuando la compuse pensé que el coro iba a ser cantado por una persona y la otra parte por otra. Justo surgió que Santullo estaba acá en Montevideo y lo invitamos. Quedó como un duelo de payada rapeada que enriqueció pila la canción.
Musso tiene una sonrisa grande, habla rápido y responde. Es casado, no tiene hijos y cuenta que su esposa siempre es la primera en escuchar las canciones que escribe. Tavella usa lentes de marcos gruesos y tiene el pelo entreverado, todavía permanece callado. Él si tiene dos hijos, una de ocho y uno de 20.
¿El hacer letras rapeadas es una particularidad que aparece en su disco anterior, Raro?
Musso: Creo que viene antiquísimamente del Cuarteto, porque “Al cielo no” es una canción del 89’ y era un rap. En Raro se hicieron letras más extensas, rimas obsesivas y más juego de lenguaje. Llamó mucho la atención ese tipo de canción en el exterior y acá también. Nosotros las llamamos canciones raras, que finalmente le dieron el nombre al disco. Como pensamos que no habíamos llegado al extremo de todo eso al nivel de lírica más compleja, en Bipolar dimos un paso más. Por más que son todas canciones en formato pop, que terminan teniendo un estribillo cantable.
Tavella: Este tipo de letras muy extensas, no son esa especie de improvisación espontánea que tiene el rapero. Tienen que ver más con un trabajo pensado a nivel de escritura, que permite más texturas. En general todo lo que hacemos tiene esa cuestión medio obsesiva de jugar mucho con las palabras. Leemos y releemos mucho hasta que la cosa se arma.
Hay una versión del disco que circula por internet desde hace algunos meses, ¿qué fue lo que pasó?
Musso: Algo típico de estas eras digitales que estamos viviendo. Todos nos llevábamos una copia a la casa para escuchar lo que estábamos grabando. Éramos 10 o 12 personas. Alguien lo puede haber dejado en el lugar equivocado o alguien vio en una computadora disco del Cuarteto y lo subió enseguida. Pero ta’, son las reglas del juego. Del disco que se subió faltaban algunas canciones y terminar otras.
¿Riki Musso (guitarra y voz) no está más en la banda?
Musso: Nos pidió licencia por un tiempo para no salir en el vivo, pero seguimos siendo los cuatro y estuvo en toda la grabación del disco.
Tavella: La puerta está abierta. Igual ya veníamos pensando en ampliar la banda para el vivo para poder hacer este disco que es tan complicado, independientemente de lo de Riki. “Topo” Antunia de Buenos Muchachos, fue el primer nombre que se tiró en la mesa y aceptó enseguida cubrirlo.
El Cuarteto tiene una particularidad que lo ha marcado a lo largo de su trayectoria: el humor siempre aparece como un condimento más de sus canciones. A veces por lo absurdo, a veces por los temas que tratan y otras veces por sus exclusivos juegos de palabras, al escucharlos dibujan una sonrisa. Ese estilo se encontró con la banda a partir del disco “Soy una arveja”. Antes, hicieron canciones en inglés que cantaron para amigos y para el cumpleaños de 15 de la hermana de Tavella. En ese momento, la banda era conformada por los hermanos Musso y Tavella, todavía no estaba el batero, Álvaro Pintos. Después vino un período de canciones acústicas, que hicieron de prólogo para lo que aparecería luego. “Esas canciones acústicas nunca las grabamos ni nada, una se llamaba “Lo áspero es en la croqueta” (Tavella se ríe). Íbamos en contra de toda la música de la época, ese canto popular de ceño fruncido. Nosotros caíamos, éramos unos guachos, y siempre había revuelo. Eso fue explotado bien y esa etiqueta del Cuarteto quedó”, recuerda Musso.
El humor siempre ha formado parte de la banda…
Musso: Lo hemos tratado de diferentes ángulos en nuestros discos. Algunas canciones no tienen ningún chiste o nada de humor, pero te sacan una carcajada por la forma de describir los personajes. Hay situaciones terriblemente serias, pero tratadas con un lenguaje que decís ‘mirá rimó tal palabra con tal otra’, y de repente lo irónico está en rimar esas dos palabras. Además, está en que cada uno le encuentre la interpretación que quiera.
¿Cómo es el proceso que tienen para escribir canciones?
Musso: Hay un concepto fuerte de lo que queremos hacer, algo específico que no sea solo palabras que suenan lindo y riman. A nosotros nos gusta mucho que una canción tenga mucha información en cuanto a que pueda aceptar varias escuchas y que cada vez que la oís descubras cosas nuevas.
Tavella: Queremos que no se termine en decir, “ah ellos están preocupados por la realidad social” (ambos se ríen). No flechamos la cancha antes de que empieces a escuchar la canción, una vez que la escuchás sacas tus propias conclusiones.
¿Cómo surgen las rimas?
Tavella: De la dinámica que se da dentro del grupo, de cómo vamos manejando el lenguaje entre nosotros. En ese sentido somos nuestros referentes y por ahí hay una especie de cuestión de chistes internos que se ven reflejados al final.
“El día que Artigas se emborrachó, hizo cualquier cagada como un gran señor” (El día que Artigas se emborrachó). “Que me importa que la tierra se pueda reventar, mirá como tiemblo, yo ya no voy a estar” (Maten a las ballenas, arresten a Willy). “Preferiría en el infierno estar, aunque tuviera que soportar, a Rivera, Oribe y a Garzón” (Al cielo no). Cuarteto de Nos registrada.
¿Se han vuelto menos revoltosos con el paso del tiempo, sobre todo con respecto a temas que antes mencionaban?
Tavella: Ya los educamos (ambos se ríen), están curados de espantos.
Musso: Capaz que la gente se pregunta a veces por qué no hacemos otra canción como la de Artigas. Ya está y está bien, para qué hacer otra. El tipo de humor que abordamos en diferentes etapas de nuestras carreras, más guaranguito, tipo “El putón del barrio” o “Me agarré el pitito con el cierre”, son canciones que están en los discos y que muchas veces las seguimos tocando en vivo.
¿El cambio tiene que ver también con que ustedes son más grandes?
Musso: Tiene algo de eso. Pero pasa más por no repetir.
Tavella: Desde el punto de vista del “revoltosismo”, ya hicimos todo el escándalo que se podía hacer, ¿no? (Lo mira a Musso, que responde “Tal cual”). Ahora ya está, hagamos otras cosas en las que podamos seguir profundizando y creciendo. No quedarnos repitiendo algo, básicamente, porque nos aburre. A mí me gusta mucho que el repertorio nuestro se renueve. Nos pasó con Raro y con Bipolar creo que va a pasar lo mismo.
Con el disco Navidad en las trincheras, el Cuarteto salió del under montevideano. Con su anterior disco Raro, atravesó las fronteras y comenzó a viajar por el mundo. Para la banda fue “como ponerse pilas nuevas” el estar en países donde eran desconocidos. México, España, Colombia y Argentina, fueron algunos de los lugares que se transformaron en raros. Pero la banda que tiene más de dos décadas, no ha sido sustento económico para sus integrantes a lo largo del tiempo y eso ha llevado a que tengan “dobles o triples vidas”. Musso es ingeniero en sistemas y le encanta la matemática y la lógica. Tavella también trabaja en proyectos personales vinculados con lo visual fuera de la banda, algo que le permite tener una entrada fija. “Si en algún momento llegamos a tener una especie de estabilidad con la música, seguramente sigamos haciendo como hobbies nuestros propios trabajos”, asegura Tavella.
¿Les cambia en algo la relación con sus compañeros de trabajo el ser parte del Cuarteto?
Musso: Lo que pasa es que están acostumbrados porque nos conocen. Pero los hijos, que el tema es ese, no pueden creer que el tipo del Cuarteto trabaja con el padre. Se piensan que tiene que andar en limusina y con eso quedan de cara los guachos.
Dispuestos a ir a tocar “dónde sea” y con los cimientos que colocó internacionalmente el disco Raro, El Cuarteto de Nos “sale a la cancha” con nueva formación, bajando y subiendo, frenando y siguiendo, levantándose. Bip bip bipolares.