La española Margarita Xirgu eligió Uruguay para su exilio por la dictadura de Franco. Aquí impulsó la Escuela de Arte Dramático que hoy lleva su nombre, primero como rescate de la dramaturgia española que no se podía representar por el régimen imperante en aquel país pero también con la impronta de llevar a escena a nuevos autores.
Había llegado a América del Sur en gira con una obra sobre textos de Federico García Lorca. En esos años, triunfó Franco y ya debió quedarse hasta su muerte, en 1969, en Uruguay.
La obra surgió de la inquietud de dos grandes figuras de la escena teatral uruguaya. Medina, última discípula directa de Xirgu en actividad, y Levón, que la dirige. Ellos quisieron que el texto fuera de un autor nuevo, fieles a aquella impronta de Xirgu. Así llegaron a Calderón.
El dramaturgo, de 34 años, definió este trabajo como “un regalo” que se había hecho. En Quien te dice de FM DelSol, Calderón se refirió a Medina y Levón como “dos animales en extención”.
“Son dos personas de teatro que aunque busques en todo el mundo no vas a encontrar. Esa manera de actuar, ese compromiso con el trabajo, esa disciplina, ese amor... No es ni mejor ni peor que otros. Nosotros somos diferentes. Pero cuando ellos no estén, ya no hay más. Y están vigentes, con ganas”, afirmó.
El texto escrito por Calderón recrea momentos de la vida y la filosofía de Xirgu, rescatados de la memoria de Medina. Tres meses de charlas entre autor y actriz resultaron en una obra que fue estrenada en España en marzo, tuvo un par de funciones en Treinta y Tres y luego una minitemporada en la Sala Hugo Balzo del Auditorio del Sodre en abril.
Ahora hará sus dos últimas funciones en la sala principal del Teatro El Galpón este viernes 16 y el viernes 23, a las 20.30 horas. Las entradas cuestan 400 pesos y hay descuentos del 50% para Socio Espectacular, SUA y Club El País.
Una pasión que interpela
“El teatro hace posible lo que la vida no haría jamás. Nos ha unido el teatro”, dijo Calderón respecto al encuentro con Estela y Levón.
Con varias décadas de tablas encima, ambos quieren estrenar textos nuevos todos los años y no volver a visitar clásicos donde se mueven con comodidad.
“La pasión de Estela lo primero que te interpela es qué estoy haciendo con mis ganas, con mi pasión”, explicó el dramaturgo. Pasión acompañada de rigor. Tanto que cuando Calderón le leyó el texto, lo primero que dijo fue: “Yo no sé si voy a estar a la altura”.
La crítica, unánimemente, ha considero que sí lo está. Y el regalo que se hizo Calderón con este trabajo, tambipen termina siéndolo para toda la platea.