El plan que transformó al fútbol alemán en el mejor del mundo

Alemania se animó a cambiar el estilo a pesar de su historia. Armó un plan de escuelas de fútbol de élite para jugadores y entrenadores, se abrió a alemanes hijos de inmigrantes y obligó a los clubes a transparentar las cuentas. El resultado está a la vista.

Actualizado: 04 de julio de 2017 —  Por: Redacción 180

El plan que transformó al fútbol alemán en el mejor del mundo

Patrik STOLLARZ / AFP

 

Campeona del mundo con su selección A, campeona de la Copa Confederaciones con la B, campeona del Europeo sub 21. Los resultados son consecuencia del juego. Da gusto ver a Alemania. Tiene respuesta para todo dentro de la cancha. Se parece más a un club que a una selección. No destaca por sus figuras extraordinarias sino por el funcionamiento de un modelo que aplica a la perfección en todas las categorías.

Draxler, Mustafi y Kimmich son los nombres que jugaron la Copa de las Confederaciones y que tienen cabida en la Alemania A. El resto es parte de la búsqueda de Löw para seleccionar talentos que le aseguren la renovación. En Rusia hizo jugar a 22 de los 23 jugadores del plantel. Solo Trapp, el tercer arquero, no tuvo minutos.

Todo empezó en 1999 impulsado por una filosofía de formación que cambió la Bundesliga y la selección.

Una mezcla casi perfecta de mentalidad y presencia física alemana tradicional con técnica, conocimiento y picardía, imprevisibilidad de latinos.

Parecen fabricados en serie con las mismas pautas. Y algo de eso hay.

El comienzo

El quiebre fue la Eurocopa 2000. Tras consagrarse campeona en 1996, la selección alemana decepcionó cuatro años después. Fue última en un grupo que compartió con Portugal, Rumania e Inglaterra, con apenas un gol a favor y cinco en contra. Fue uno de los dos peores equipos del certamen y tuvo su peor performance en un torneo desde 1938.

Entonces, basados en las academias juveniles, llegó la revolución. Obligados, los clubes tuvieron que invertir en centros de entrenamiento para los jóvenes futbolistas y para capacitar a los entrenadores.

Todos los actores con poder de decisión se comprometieron a que los 36 equipos, entre la primera y segunda división que conforman la Bundesliga, crearan academias de formación de futbolistas.

Ya cuando estaba instrumentado el plan, Alemania fue al Mundial de Corea-Japón 2002 y fue sub campeón. Nada modificó lo que ya estaba decidido.

En 2003 se puso en marcha un programa de desarrollo de talentos que busca identificar promesas y educarlas. La primera medida fue potenciar las inferiores de los clubes de la A y la B. Los que no invirtieran en juveniles no podían participar de la Bundesliga.

En 13 años, los clubes invirtieron unos 1000 millones de euros, con el pico en la temporada 2013/2014 (el último balance disponible) con una inversión de 120 millones.

Las escuelas de élite del fútbol

Alemania imitó el modelo francés del centro francés Clairefontaine, donde trabajan los talentos de fútbol y rugby, y del Ajax.

Las eliteschulen des fußballs (escuelas élite del fútbol) consiste en siete etapas de formación. Comienza con niños de entre seis y siete años que en los primeros años del colegio hacen un entrenamiento basado en juegos de movimiento y van superando etapas hasta llega, sobre los 21 años, al perfeccionamiento de los jugadores de alto rendimiento en las ligas profesionales.

Cada jugador realiza un proceso que se inicia en los clubes locales y aficionados, y tras pasar por la tercera y segunda liga asciende a la Bundesliga. De forma paralela, los jugadores empiezan a foguearse en los equipos nacionales Sub15, Sub17 y Sub19.

Schweinsteiger, Götze, Reus, Draxler, Schürrle, Müller y Lahm son algunos nombres que realizaron este proceso. Todos empezaron sus carreras deportivas en clubes locales, siguieron a la liga A-Junior, los torneos Sub15, Sub17 y Sub19 hasta llegar a mayores.

En total, un jugador realiza un año entero de entrenamiento con solo cuatro semanas de descanso. A los 12 y 13 años entrenan doce horas semanales, y progresivamente aumentan hasta 18 horas por semana, entre los 18 y 19 años.

Todos los jugadores de la selección alemana de la actualidad, pasaron por las escuelas élite del fútbol.

Los entrenadores son otra pata de esta formación. Obligados a estudiar para ejercer, al día de hoy Alemania cuenta con unos 30.000 entrenadores con licencia B de la UEFA y más de 1.000 con licencia Pro, que le permiten dirigir al más alto nivel.

En la última década la edad promedio de los jugadores de la Bundesliga pasó de 27,1 años a 25,2.

Los planteles de Bayern Munchen y Borussia Dortmund que definieron la Champions del 2013 tenían 26 jugadores en total surgidos en las escuelas de élite.

Tal vez el principal problema es que aún no han podido lograr que la Bundesliga se empareje. El torneo local tiene una marcada supremacía del Bayern. Sin embargo, esto no va contra el promedio de espectadores. Los estadios están en promedio a más de 92 % de su capacidad. Con una media de 41.914 supera con luz los 35.921 en la Premier League y los 28.249 de la Liga Española.

Las cuentas claras

Los clubes deben abrir sus balances todos los años. Si gastaron de más son sancionados. Tal vez haya trampas contables. Pero las reglas están.

El 51 por ciento de la propiedad debe permanecer en manos del club, lo que impide el desembarco de magnates con dineros de origen dudoso.

La plata que paga la TV tiene la repartición más democrática en las ligas top de Europa. Se toma en cuenta los años en Primera del club, el ranking actual, una media de los últimos cinco años, se paga un plus de cuatro millones por el título y hasta bonus por jugadores convocados a la selección. Los derechos se los reparten dos cadenas públicas abiertas, un canal abierto y uno codificado. Había una oferta superior, monopólica, que fue rechazada por el tribunal de libre competencia.

El otro aspecto del cambio

A la planificación y la inversión se sumó una cuestión social que ayudó para el cambio. Con el fin de la guerra fría y la caída del muro de Berlín, Alemania pasó a tener un elevado porcentaje de su población inmigrante. Y eso, luego de algunos años, lo utilizó Klinsmann y Löw para armar el equipo nacional.

A excepción de unos pocos como Kroos, Muller o Neuer, el origen de los jugadores actuales proviene de Turquía, Polonia, África o la ex Yugoslavia. Son la segunda o tercera generación de quienes llegaron en busca de un mejor futuro y ayudaron a reflotar la industria.

Khedira, Boateng, Gundogan, Özil, Gomez. Sin características físicas alemanas pero con habilidades que le faltaban al seleccionado. Ellos sumaron fantasía, improvisación, picardía al orden táctico, la capacidad atlética y la disciplina.

Alemania se animó a cambiar. Lejos de quedarse en su historia y en sus títulos, utilizó esos aspectos para mejorar y transformarse en el mejor fútbol del mundo. Sin discusión.