“Hay una dimensión cultural que no permite” que exista una bancada evangélica

Nicolás Iglesias, especialista en temas de religión y política, dijo en No toquen nada que “en Uruguay hay una dimensión cultural que no permite” la creación de una bancada evangélica, debido a que aún existe “cierto tabú o resistencia”.

Actualizado: 09 de agosto de 2017 —  Por: Redacción 180

“Hay una dimensión cultural que no permite” que exista una bancada evangélica

Nicolás Iglesias (DelSol)

Desde 2015 comenzó a manejarse que podría aparecer una “bancada evangélica”, con la presencia en el Parlamento de tres legisladores del Partido Nacional: Álvaro Dastugue, Benjamín Irazábal y Gerardo Amarilla.

Sin embargo, como aseguró Amarilla a No toquen nada en 2016, la bancada “nunca se conformó” pero “hay varios cristianos evangélicos en política”.

En entrevista con No toquen nada, Nicolás Iglesias, trabajador social especializado en temas de religión y política, dijo que “hay una dimensión cultural que no permitió que el concepto y la visibilización de esa bancada como tal pudiera trascender”.

“La dimensión de la confesionalidad en el Parlamento, es un ámbito sobre el cual existe todavía cierto tabú, cierta resistencia. Lo religioso tiene cada vez más presencia en lo público en Uruguay, el discurso religioso está más presente pero el sistema partidario es muy sólido, no deja aún que se le imponga la transversalidad de la religión. En otros sistemas partidarios, el sistema religioso se vuelve el único punto que aglutina a un sistema de partidos muy fragmentado”, dijo Iglesias.

Recordó el caso del diputado Amarilla, que cuando asumió la presidencia de la Cámara de Representantes mencionó que La Biblia y su fe iban a estar por encima de la Constitución, expresiones que tuvo que “suavizar” con celeridad. “Esa dimensión es difícil de comprender en nuestra cultura política. Además, hay una diferencia importante entre los tres diputados en su estrategia. Irazábal es menos conocido, hemos escuchado menos noticias de él. Dastugue hace énfasis en su oposición a la agenda de derechos, mientras que Amarilla llega de una forma distinta, viene de una iglesia bautista más tradicional”, agregó.

Para Iglesias, “el concepto de la bancada evangélica no era estratégico o pertinente en términos culturales pero eso no quiere decir que no se desarrollen actividades o agendas en las que confluyen evangélicos católicos”.

Además, dijo que si bien en esta legislatura no habrá bancada evangélica con esa actuación como tal, “sí tenemos que el tema religioso está transversal en las discusiones que tienen que ver con agenda de derechos y temas morales”.

También, mencionó que la etiqueta de “bancada evangélica” no atrae votos, a diferencia de lo que se da en otros países, como Brasil. A su vez, dijo que “existe una brecha entre lo que piensan las personas de las comunidades de ese grupo religioso y lo que los que dicen representarlo opinan y votan”.