La ley apunta a la “prevención, persecución y sanción de la trata y la explotación de personas, así como la atención, protección y reparación de las víctimas” y cuenta con seis capítulos. En ellos, se propone la formación de un consejo y la elaboración de un sistema interinstitucional de respuesta para situaciones de trata y explotación, entre otras cosas.
Si bien Daisy Tourné hizo una valoración positiva de este proyecto de ley, explicó que no alcanza solamente con el texto: “Esto no va a terminar el problema, es parte de un delito transnacional que tiene ramificaciones en el narcotráfico y el tráfico de armas, es un problemón”.
El proyecto de ley deja constancia de la inexistencia de números que contabilicen las víctimas en este tema. Alude al Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, de 2014, que establece que “la trata de personas afecta prácticamente todas las regiones del mundo". Entre 2010 y 2012 se identificaron víctimas de 152 nacionalidades diferentes en 124 países de todo el mundo. Aunque la mayoría de las víctimas de la trata son objeto de explotación sexual, cada vez se detectan con más frecuencia otras formas de explotación, encontrándose "en América Latina porcentajes casi idénticos de trata sexual y laboral".
Este fenómeno se encuentra en todos los países de la región, Uruguay incluído, que es país de origen, tránsito y destino de personas. Sin embargo, “por la ausencia de estudios sobre la problemática es difícil de dimensionar”, aclara el proyecto.
A propósito de esta carencia, Tourné dijo que “es muy difícil tener datos precisos, porque es algo clandestino, pero tenemos que hacer un gran esfuerzo para llegar a un diagnóstico más preciso”.
Por su parte, la coordinadora del Servicio de Atención a Mujeres en Situación de Trata, Sandra Perroni, indicó que es un delito “muy subregistrado pero presente en los 19 departamentos. La trata internacional es muy importante en las ciudades fronterizas, muchas mujeres que atendemos vienen por Brasil, sobre todo de Rivera, Cerro Largo y el Chuy (Rocha). No quiere decir que en los otros departamentos no exista pero en estos lugares se acentúa”.
Además, Perroni advirtió que “la instalación del crimen organizado es una realidad en Uruguay y eso puede ser una señal de que otras situaciones están ocurriendo, aunque no tengamos cifras claras. En el servicio doméstico y los trabajos zafrales con arándanos, aceitunas y pollos, por ejemplo, es donde podríamos encontrar casos en nuestro país”.
Toruné sostuvo que “si no cambiamos la cabeza, la cultura, la forma de vivir y de llevar adelante las cosas, la magia no existe. Depende de nuestra actitud”.
A propósito de su trabajo con diferentes temas relacionados a abuso y explotación de personas, la senadora del Partido Socialista enumeró los aprendizajes más relevantes que acumuló en su carrera: “Hay que informar para prevenir y no callar, debemos hablar de estos temas, ponerlos sobre la mesa y no permitir la indiferencia, que es la gran cómplice de esta situación”.
Además, consideró que “alcanza con un caso para saber que hay que hacer algo, que no podemos quedarnos callados y mirar para otro lado. Hay que jugarse en estos temas que no reditúan en dinero ni en votos, que no se capitalizan pero hay que lucharlos. La conciencia va creciendo pero el trabajo es lento”.