Salem Abdelfatah llegó a Uruguay a fines de 2010 con la tarea de abrir la embajada saharaui, que se terminó de establecer en el país en 2011. Se desempeña como secretario de dicha embajada pero además es un poeta con varios trabajos publicados en los que habla de la situación de su patria.
La autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática, según su nombre oficial, limita al norte con Marruecos, al este con Argelia, al sur y este con Mauritania y al oeste con el Océano Atlántico. Llamado también Sahara Occidental, fue una colonia del Imperio Español y estuvo bajo administración ese país hasta 1976, y desde entonces sus vecinos se lo disputaron ante la oposición del Frente Polisario (Frente Popular para la Liberación de Saguía el-Hamra y Río de Oro).
“Solamente Marruecos dice que es su reino. Ningún país del mundo, ni siquiera sus mayores aliados, reconocen su soberanía sobre el territorio”, explicó Salem Abdelfatah en No toquen nada. Con la firma del Acuerdo Tripartito de Madrid de 1975, España cedió el poder sobre las tierras a Marruecos y Mauritania, aunque estos últimos reconocieron la independencia saharaui en 1979.
El secretario de la embajada dijo que cuando tenía ocho años empezó la guerra y muchos saharauis debieron salir del país ante la invasión de Marruecos. “Mi familia huyó. Mi padre quedó en el camino, murió en un bombardeo de la aviación marroquí y los que llegamos a la frontera pudimos salvarnos. Los niños pudimos salir a estudiar con algunos convenios internacionales y a mí me tocó ir a Cuba”, contó. También dijo que muchos refugiados huyeron a Tinduf, Argelia, donde permanecen hasta hoy, 40 años después.
Tras su experiencia en Cuba, volvió a los campamentos de su tierra, pasó una temporada en España y luego lo llamaron para venir a trabajar a Uruguay.
Además de su tarea en el área diplomática, Salem Abdelfatah se licenció en Lengua Española y Literatura en Cuba y ha publicado libros de poemas como “Voz de fuego” y “Nómada en exilio”, que sirven para dar a conocer la situación de su patria.
“Para quien crea o compone, la poesía siempre es una especie de refugio o escape. En mi caso y en el de la mayoría de los escritores saharauis, el mayor objetivo es la denuncia y dar a conocer esa situación: la huida, el exilio, la perdida de seres queridos, el abandono de España, es una forma de mostrar y contar la tragedia que sufre el pueblo saharaui y que continua hasta hoy”, comentó.
Actualmente, unos 170.000 saharauis viven en campamentos de refugiados y entre 30.000 y 40.000 viven fuera del territorio que reclaman como suyo.