Iban pocos minutos del segundo tiempo entre Francia y Australia cuando Mbappé cayó en el área australiana y el uruguayo Cunha pidió consultar la repetición para decidir si fue penal o no.
De esa manera se utilizó por primera vez el videoarbitraje en un Mundial.
Cunha resolvió que fue penal y el francés Antoine Griezmann lo convirtió en gol para poner el 1-0.
Pocos minutos después, el uruguayo volvió a cobrar penal, esta vez para Australia, por una clara mano de Umtiti.