Ocampo brilla y Nacional gana

Nacional derrotó 1 a 0 a Progreso con gol de Leandro Barcia y mantiene la punta tanto en el Clausura como en la Anual. Brian Ocampo la rompió en el Parque Central.

Actualizado: 19 de agosto de 2018 —  Por: Diego Muñoz

Ocampo brilla y Nacional gana

Javier Calvelo / adhocFotos

Las viejas crónicas deportivas utilizaban términos que bien vale rescatar en este momento. En el Parque jugó un cara sucia con alma de potrero, un inconsciente que entra a la cancha a divertirse. Brian Ocampo dejó claro el valor de ver a un futbolista jugar por jugar.

En su debut como titular Ocampo demostró toda su capacidad. Es imposible saber dónde llegará, porque hay demasiadas variables a considerar, pero condiciones para triunfar tiene de sobra. Por derecha o por izquierda, con pelota dominada o lanzado en velocidad, fue un tormento para la defensa de Progreso.

Nacional ganó su quinto partido consecutivo en el Clausura y mantiene el invicto en el certamen. Lo hizo ante un rival digno al que superó de manera notoria, sobre todo en el primer tiempo.

Intenso, impetuoso, con juego asociado, marcó las condiciones en el partido y sacó ventaja.

Con Christian Oliva y Sebastián Rodríguez como internos el equipo logró tener el control del mediocampo. Por los laterales se soltaban Guillermo Cotugno y Alfonso Espino mientras que más adelante, Ocampo, Leandro Barcia y Gonzalo Castro no solo conectaron con Gonzalo Bergessio sino que también pisaron el área rival.

Progreso no renunció a su estilo pero se vio superado. Fue Nacional un equipo avasallante, que no lo dejó jugar ni pensar y que aprovechó algunos errores defensivos de la visita.

Iban 26 minutos cuando el Tricolor empezó la jugada en su campo y por la izquierda, la pelota pasó por el medio para luego derivar a la derecha, la tomó Ocampo, Cotugno marcó el pase y picó a recibir, llegó a raya de fondo, se metió al área y mandó el centro para que conectara Barcia. El golazo fue un premio para un equipo que en cada partido por el Uruguayo marca diferencias muy importantes sea quien sea el rival.

Adelantado en el campo, con nueve o diez jugadores en campo adversario, Nacional fue un equipo corto y decidido que siempre mantuvo el control.

Cuando Progreso recuperaba el balón, los de Medina presionaban o retrocedían de forma veloz para proteger a su arquero Luis Mejia.

En el segundo tiempo el desarrollo del partido no cambió. Más allá de que Progreso intentó adelantarse en el campo fue Nacional el que generó las mejores ocasiones para sacar mayor diferencia. Con terreno para avanzar Ocampo brilló todavía más que en la primera parte. Fue incontenible cada vez que tomó la pelota y solo un resbalón impidió que marcara un gol inolvidable.

Con los cambios Medina mantuvo la tensión competitiva de un equipo que hasta el último instante buscó más goles.

De nuevo Medina rotó el equipo, de nuevo los jugadores que entraron demostraron estar a la altura, de nuevo Nacional dejó de manifiesto su superioridad en el Uruguayo.