“La seguridad de nuestros datos nos preocupa porque cada vez hay más vulneraciones”

La española Gemma Galdon Clavell, cientista social que trabaja en temas de ética y tecnología, habló en No toquen nada sobre la privacidad de nuestros datos en internet, lo que hacen las empresas con ellos y cómo estas esperan a los escándalos para reforzar sus medidas de seguridad.

Actualizado: 14 de diciembre de 2018 —  Por: Redacción 180

“La seguridad de nuestros datos nos preocupa porque cada vez hay más vulneraciones”

DelSol (Todos los derechos reservados)

Galdon Clavell dijo que alguna noción antigua de privacidad murió, y que la noción actual difiere de la que se tenía hace dos siglos, por ejemplo. “Ahora nos preocupan cosas como los datos, la seguridad online, no es solo nuestra casa y las cartas que mandamos; pero la seguridad nos preocupa cada vez más porque cada vez hay más vulneraciones”, comentó.

La experta mencionó que con el paso del tiempo la gente se preocupa más por sus datos, su intimidad, por qué pasa con los dispositivos electrónicos de su casa y la información que estos captan. Entre los ejemplos de violaciones a la privacidad que los usuarios no conocen, Galdon Clavell dijo que las empresas proveedoras de servicios de almacenamiento en una nube pueden acceder a los archivos que los usuarios guardan allí.

“Las empresas rastrean todos esos documentos, tienen acceso a todos, no solo al nombre sino al contenido. Lo analizan para hacer estudios de mercado y para después hacernos ofertas comerciales. Cualquier documento que compartamos no lo estamos haciendo solo con quien lo hagamos sino que el proveedor de esa nube tiene acceso a cada palabra que hemos escrito”, añadió.

También, nombró el caso de los televisores inteligentes, que pueden grabar cualquier sonido que suceda adelante suyo. “Los Samsung, en su manual de instrucciones, recomiendan no tener conversaciones privadas delante de la TV. ¿Cómo hace la gente que tiene la TV en el dormitorio? Hay muchísimas partes de nuestra intimidad que ni siquiera somos conscientes que están siendo rastreadas de forma continua”, dijo.

Galdon Clavell explicó que el objetivo de las empresas no es concretamente espiar a los usuarios sino usar los datos para hacerles llegar anuncios personalizados y poder venderles más cosas. También, dijo que los picos de regulación siempre ocurren luego de un desastre de ruptura de privacidad y se roban datos de las personas. “Debemos dar gracias a esos momentos que nos despiertan un poco y nos hacen ver que se está generando un mercado de datos sin ningún tipo de control por parte del ciudadano y con muy poca regulación”, agregó.

Algoritmos que eligen por nosotros

El escándalo de la violación de datos de los usuarios de Facebook cambió el nivel de consciencia en la gente sobre la necesidad de tener herramientas regulatorias, dijo la experta en ética y tecnología.

Habló sobre el derecho a la explicabilidad de los algoritmos, y la cada vez mayor autonomía de estos procedimientos matemáticos para tomar decisiones. Dijo que en Estados Unidos ya hay algoritmos que dictan sentencias en casos judiciales sencillos, y que en escuelas de ese país permiten despedir a los profesores que los alumnos valoran de forma menos positiva. Sin embargo, una de las novedades tras los problemas de Facebook fue que en Europa se impulsó el derecho a la explicabilidad de los algoritmos, es decir, a conocer cómo se tomó la decisión informática que perjudicó a determinada persona y que incluso se pueden denunciar si se entiende que no fue la correcta.

Esto lleva a que no solo es relevante saber cuáles de nuestros datos emplean las redes para su provecho sino cómo infieren esos datos para compartirlos con los proveedores.

Galdon Clavell dijo que la clave está en la creación de perfiles. “Al final un dato sobre nosotros no tiene mucho valor, pero combinado con muchas otras cosas lo que hace es un perfil de nosotros, y las empresas agregan muchos perfiles y dicen, ‘a las personas de ese perfil mejor darles el yogur de fresa que el yoguar natural’, para ponerlo de una forma simple. El problema es que ese perfil no siempre nos refleja fielmente, con lo que nos puede mandar cosas que no queremos”, explicó.

Además, contó una anécdota reciente sobre el caso de una mujer que estaba encinta, compartió fotos en redes durante su embarazo y los sistemas lo pudieron identificar por estos datos y los de su navegación en línea; pero su bebé nació muerto. “Después del parto, seguía recibiendo información como si lo hubiera tenido. Su perfil marcaba que si había estado embarazada, había tenido un bebé. En un momento de duelo profundísimo, ella no sabía cómo parar esa sobredosis de información de cómo supuestamente estaba disfrutando con su bebé, cuando la realidad era terrible. Es un caso muy grave pero pasa muchísimo”, relató.

Agregó que los perfiles pueden no vernos de la forma más fiel o equivocarse, además de que muchas personas mienten en sus descripciones de sí mismos.

“Las decisiones que se toman en base a esa información son malas porque los datos que están juzgando no son buenos”, dijo.