La limitación de chapas en el sector del taxímetro generó un “efecto burbuja” con una rentabilidad “extraordinaria” y “monopólica” para los dueños de los coches. Esta es una de las conclusiones de un estudio económico realizado por la Intendencia de Montevideo.
Luego de la crisis de 2002, el valor de la chapa del taxi comenzó un ciclo de ascenso que lo llevó a sus máximos históricos entre el año 2011 y 2015, con unos 120.000 dólares por permiso. Además, durante ese período, la cantidad de taxis trabajando permaneció constante y en el entorno de las 3.000 unidades operativas.
“Al sumar ambos elementos (menor cantidad de taxis por habitante y evolución al alza y por encima de activos comparables del valor del permiso), podemos tener un panorama bastante claro donde la existencia de una rentabilidad extraordinaria está asociada a la escasez de la oferta de licencias”, se afirma en el informe. “Esta escasez, es la que está en la base del fenómeno de burbuja ocurrido con el valor de las licencias de taxi, y parece claro que la regulación existente no pudo evitar en su momento que dicho fenómeno surgiera y perdurara en el tiempo sin haberse tomado las medidas correctivas del caso, como podría haber sido volcar al mercado nuevos permisos de taxi, lo cual habría contenido el alza en el precio de dichos permisos”, agrega.
El estudio dice que las aplicaciones de transporte de pasajeros hicieron más “eficiente” el servicio y que “no hay razones de peso para pensar en la extinción de los taxis en el mediano plazo”. Por eso se definió reabrir el registro de permisarios de aplicaciones como Uber, Easy y UP, que se había cerrado en octubre del año pasado para realizar el estudio. Esa apertura se hará en abril, luego de que la Junta Departamental apruebe un proyecto de decreto que establece que solos los permisarios pueden trabajar con la aplicación.
“Es notorio que el sector del taxímetro ha experimentado una modificación en su operativa y su rentabilidad a partir de la irrupción en el mercado de los servicios del transporte de las plataformas digitales, comenzando en octubre de 2015 con la empresa Uber. Este impacto se comienza a hacer muy notorio ya en 2016, consolidándose a partir del año 2017. Parece claro que previamente a la irrupción de las plataformas digitales, la rentabilidad era bastante mayor a lo que es actualmente, lo cual queda reflejado en la evolución del valor del permiso. Sin embargo, hay indicios de que ello reflejase la apropiación de importantes rentas monopólicas por parte de sus propietarios, derivadas de la escasez de vehículos para satisfacer una demanda creciente que va acompañando el ciclo económico”, explica el trabajo.
Según el estudio, en Montevideo hay 2.979 taxis y 4.807 automóviles registrados y habilitados para trabajar con plataformas digitales, pero no todos los permisarios de aplicaciones pese a estar registrados prestan servicio. El número que trabaja efectivamente es 3.667 (76%).
El estudio indica que la relación entre cantidad de taxis disponibles y cantidad de vehículos por aplicaciones es de uno a cuatro, lo que significa que en “hora pico” las aplicaciones cubren la demanda que el taxi no puede.
