Pussy Riot llega a Uruguay con el punk, el pop y un grito

Pussy Riot es una banda punk pero es muchas cosas más: un colectivo feminista, un grupo de activistas por los derechos LGBT y una cuadrilla de militantes opositoras al régimen de Vladimir Putin. Por nombrar algunas.

Actualizado: 06 de abril de 2019 —  Por: Redacción 180

Pussy Riot llega a Uruguay con el punk, el pop y un grito

(Rodin Eckenroth / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP) (Todos los derechos reservados)

En base a una entrevista realizada por Jorge Balmelli para Fácil Desviarse de DelSol 99.5.

La banda arrancó en 2011 y empezó pisando fuerte con lo que se volvería su marca personal: unos shows “guerrilla” que podían pasar en cualquier lugar y a cualquier hora, sin autorización del gobierno ruso. con letras y música incendiarias. Pero no fue hasta el 2012 que se hicieron conocidas mundialmente por aquella performance donde se metieron a la Catedral del Cristo Salvador de Moscú, protestando hacia el apoyo de la Iglesia Ortodoxa a la campaña política de Vladimir Putin. En ese momento, Putin ya llevaba 12 años en el poder, dos veces como presidente y luego como primer ministro, ya que la constitución rusa no permite más de dos términos consecutivos. 

Por esa performance cayeron presas Nadezhda Tolokonnikova, Maria Alyokhina y Yekaterina Samutsevich. Fueron arrestadas, no se les concedió fianza y fueron condenadas por "vandalismo motivado por odio religioso". Les dieron dos años de prisión. Muchas organizaciones internacionales criticaron la decisión del gobierno ruso, entre ellas Amnistía Internacional, y decenas de artistas de alto perfil se solidarizaron. Samutsevich salió bajo palabra luego de una apelación, pero las otras dos Pussy Riot tuvieron que cumplir la condena.

Nadezhda Tolokonnikova, mejor conocida como Nadia, contó a Fácil Desviarse de DelSol 99.5 cómo procesó aquel momento.

“Fue surreal. Porque definitivamente no queríamos terminar en la cárcel e hicimos todo lo posible para estar dentro de la ley, haciendo una protesta no violenta, una acción artística, simbólica. Obviamente uno tiene que estar preparado para ir a la cárcel por nada. Pero como seres humanos siempre esperamos lo mejor. Y uno no quiere aceptar que va a ir a la cárcel”, relató.

“Lo peor fue después de la condena: ocho meses más tarde nos transfirieron de una cárcel de Moscú a una colonia penal y ahí tenés que trabajar dieciséis horas por día, con equipo viejo, no te dan equipo de reemplazo, no sabés cómo reparar el equipo que te dan, pero tenés que trabajar rápido y cumplir con cuotas muy altas. Tampoco te dan medicamentos buenos. Es una atmósfera llena de odio, de agresividad”, agregó.

Después de 21 meses la Duma rusa aprobó una amnistía y las dos Pussy Riot fueron liberadas. Pero no aflojaron. Cuando salió, Maria Alyokhina dijo que ellas no habían pedido ningún perdón, que no necesitaban "la misericordia de Putin" y que su salida era un intento del gobierno ruso de limpiar su imagen antes de los Juegos Olímpicos en Sochi. De hecho, en ese evento redoblaron la apuesta. Nadia, Maria y otras tres mujeres que no se identificaron, planificaron un show dedicado a Putin. Fueron detenidas por cosacos uniformados que oficiaban de seguridad del certamen y las golpearon salvajemente. El video está subido completo en las redes de Pussy Riot.

Nadia es consciente de que fuera de fronteras hay muchos que admiran a Vladimir Putin. Especialmente en América Latina. No solo líderes políticos, sino militantes de a pie. “Yo le diría a todos los activistas sudamericanos que ven con buenos ojos a Vladimir Putin porque él se enfrenta a Estados Unidos... les diría que en realidad está mucho más cerca de aquello contra lo que ustedes están peleando. Es lo mismo” aseguró.

“Es lo que yo llamo 'el contexto Oliver Stone'. Oliver Stone le hace una entrevista a Vladimir Putin y le gusta porque ve en él un líder fuerte que se opone a Estados Unidos. Pasa lo mismo con Julian Assange. A ellos les gustan las personas que están contra Estados Unidos, pero no les importa que esas mismas personas hoy estén destruyendo activistas y periodistas, cortando la libertad de expresión”, criticó Tolokónnikova.

El punk

Si bien Pussy Riot está emparentada con el punk más clásico o setentero, hoy en día en su repertorio hay canciones que se acercan más al hip hop y al pop, por ejemplo. Según Nadia, eso se debe a que no tienen ataduras y su concepción del punk no pasa por ahí.

“Ser punk para mí es cuestionar. Cuestionarte a vos misma. Cuestionar el status quo, el político y también el cultural. Para mí el punk no es un género como el hip hop. Para mí, como artista, el punk es un estado mental en el que te mantenés crítica, hacés preguntas incómodas. Y por eso a veces tenemos encontronazos con gente que piensa que el punk es solo un género más. Porque nosotras ni siquiera hacemos solo punk como género. Usamos trap, hip hop, pop, metal, y también punk”, explicó. 

Para Nadia el punk hoy no puede sonar como en los setentas. “¿Vas a ser punk de la misma forma que tu padre hubiera sido punk o que tu abuelo hubiera sido punk?”, preguntó.

Pussy Riot estará por primera vez en Uruguay. Se presentarán el 13 de abril a La Trastienda. Las entradas están disponibles en Abitab.