Bolivia busca rehabilitar ruta preincaica que unió la región andina

Las ruinas rupestres de una posada y un camino de tierra casi desaparecido por los siglos son el único vestigio en Bolivia de la ruta preincaica "Qhapaq Ñan", que unió otrora la región andina y que hoy se busca recuperarla para el turismo.

Actualizado: 16 de mayo de 2019 —  Por: Redacción 180

Bolivia busca rehabilitar ruta preincaica que unió la región andina

AIZAR RALDES / AFP (Todos los derechos reservados)

En el poblado boliviano de Desaguadero, a unos 3.600 metros de altitud en el Lago Titicaca y en la frontera con Perú, están los rastros de lo que fue una de las mayores estructuras viales de la región, patrimonio de la Unesco desde junio de 2014.

Sobre un cerro, a unos 100 metros de distancia de las playas lacustres, están aún en pie las paredes de unas siete casas de piedra de colores rojizos que carecen de techos o puertas. El lugar ha sido denominado "Tambo Wila Wila". Tambo es una palabra quechua para definir un alojamiento de paso para los viajeros comerciantes.

Varias terrazas agrícolas, típicas de los incas, también dan la pista de que en el lugar se cosechaba hace varios siglos papa, quinua y haba.

En la loma del cerro está una "apacheta" o montículo de piedra que era usado como punto de referencia para la realización de ceremonias ancestrales, en honor a los dioses "Inti" (sol) o "Pachamama" (madre-tierra).

Un camino abandonado -de tierra y cubierto de paja- muestra la unión entre los territorios boliviano y peruano. Desde la altura se puede observar en el poniente la majestuosidad del azul del Titicaca, el lago navegable más alto del mundo.

"Estamos sobre un camino preincaico, se llama 'Qhapaq Ñan'-Sistema Vial Andino, que probablemente fue construido por los tiwanakotas", una cultura que surgió en el año 1.500 a.C y desapareció por el 1.200 d.C., explica a la AFP Omar Choquel, responsable de turismo del municipio de Desaguadero.

El "Qhapaq Ñan", o "Ruta del Señor" en idioma quechua, es el camino de unos 5.000 kilómetros de piedra y tierra que surcaba casi de norte a sur lo que son los actuales territorios de Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. 

Con sus ramales por esos territorios la vía de comercio e integración suman casi un total de 30.000 kilómetros, según la Unesco.

En Perú es llamado también el "Camino del Inca", pues la ruta cruzaba por el Cusco, la capital del imperio incaico, que se extendió entre los siglos XV y XVI. Era la ruta del comercio y la integración, aunque también cumplía fines militares.

Pero ya parte del camino, principalmente en Bolivia, con conexiones hacia Perú y el norte de Chile, había sido levantada por el imperio tiwanakota, antes de su desaparición en el siglo XIII.

Invalorable riqueza indígena

"En el lugar no sólo está el camino, también hemos encontrado cerámicas de diferentes periodos culturales como Tiwanakota, Chiripa (contemporáneos a Tiwanaku), Aymara y Pacajes (parte de los aymaras)" agrega el especialista Choque.

Pero el "Qhapaq Ñan" no es sólo una ruta. También hay en Bolivia y el resto de los países las huellas de las culturas que pulularon por el lugar.

"Dependiendo de regiones, se pueden encontrar vestigios arquitectónicos, hay puentes, plataformas, canales de agua, chullpares (torres funerarias), 'tambos' y ciudadelas", explica a la AFP el arqueólogo del Ministerio boliviano de Turismo, Alfredo Pacheco.

Tanto Choque como Pacheco coinciden que en el lugar hay una riqueza de invaluable valor turístico. 

Pero tampoco se puede desagregar su significado religioso, como señala el alcalde local Wilfredo Acarapi.

"La gente considera que es una ruta sagrada, hay lugares sagrados como la 'apacheta' y otros, donde se celebran (rituales indígenas) en el inicio del solsticio de invierno, la gente siempre iba a rezar. Entonces lo consideran como un lugar sagrado", asegura el burgomaestre. 

Recuperación y preservación

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con la ayuda del gobierno italiano y contrapartes locales, cuenta con un presupuesto de unos 2 millones de euros para la "preservación, conservación, uso y valor de los sitios turísticos" en determinados puntos de la ruta en Ecuador, Perú y Bolivia, según su coordinadora Grisel Ávila.

El propósito, agrega, es también desarrollar un turismo comunitario, en el que los propios lugareños se encarguen de brindar servicios a los visitantes, como ocurre en otros países.

En lo inmediato se estima la limpieza de la ruta en los próximos meses, así como la reconstrucción de sitios arqueológicos, respetando sus estructuras originales.

(AFP)