Las FinTech son empresas que se dedican al desarrollo de tecnología para la industria financiera. La actividad no es nueva. Muchos lo hacían antes de que existiera el término. “La financiera era industria muy rezagada y la tecnología siempre estaba en el segundo plano”, dice el gerente general de InSwitch, Amilcar Perea.
“El sistema financiero es un gran consumidor de tecnología, pero solo optimiza los productos que existen. En cambio las FinTech ponemos la tecnología al servicio de los compradores”, agrega Gustavo Degeronimi, representante de MercadoPago en Uruguay.
InSwitch es un proveedor que funciona como complemento de bancos, gobiernos, shoppings o cualquier actor que necesite un desarrollo tecnológico. “Irrumpimos violentamente, pero necesitamos un socio”, explica Perea.
Su primera innovación tecnológica fue la billetera electrónica, que crearon en 2008 y pusieron a funcionar en Paraguay. Luego este servicio se extendio a otros países de la región. La billetera electrónica permite a una persona que desde su celular resuelva pagos, tome créditos, le pase plata a otra persona. “Lo que hace es eliminar el efectivo. Paraguay tiene más cuentas de dinero electrónico que cuentas bancarias. El dinero está respaldado en el sistema bancario, pero se diferencia de una cuenta bancaria normal porque no necesariamente está uno a uno con cada persona. En la billetera electrónica hay una cuenta bancaria que respalda a varios, pero cada uno tiene individualizada su billetera. Esto permite armar un ecosistema en el que no necesitamos efectivo para manejarnos. Las personas que solo son bancarizadas en algún momento necesitan efectivo, por ejemplo, para darle plata a los hijos. En cambio si lo hacemos por celular, es mejor y no necesitamos que nuestro hijo tenga una cuenta bancaria”, dice.
MercadoPago, en cambio, es un actor disruptivo de los que ahora son llamados BigTech y que son vistos por los bancos como una amenaza. Este servicio que surgió desde Mercado Libre es capaz de procesar en un año 5.000 millones de dólares. El promedio de transacciones que realizan en un trimestre es 143,9 millones y se expandieron a otras áreas donde compiten directamente con la banca y el sistema financiero tradicional, dieron 184.401 créditos por 427 millones de dólares.
Y no paran de crecer. Su ritmo interanual es de 80%.
“Cubre los tres pilares del comercio electrónico: conectar oferta y demanda o dicho de otra forma hace que el comprador y vendedor se encuentren. Luego están las otras dos, cobrar y entregar. En Mercado Libre la primera parte estaba bien cubierta, pero el cobro y el envío era un problema y eso frenaba el desarrollo. Por eso hace 15 años Mercado Libre invirtió en una función que no estaba en su núcleo de negocio y como la plataforma funcionó, empezó a ofrecerla”, explica Degeronimi.
“Nuestra verdadera disrupción es en evitar que el comprador y las personas tengan que hacer los mandados del sistema financiero. En vez de tener que ir a presentar tu historial crediticio, su constancia de domicilio, antecedentes laborales, nosotros hacemos que la tecnología haga eso, entonces desde el celular, en la sala de espera del dentista, uno puede pedir un adelanto de fondos de lo que vendió tanto sea en Mercado Libre o en su comercio físico. Nosotros ponemos inteligencia artificial a determinar cuánto se le puede otorgar de crédito a una persona en base a su propia operación en la plataforma. La gran oportunidad que hay en Latinoamérica esta en la base de la pirámide. El tortafritero, el pequeño comerciantes de las tiendas atendidas por el padre, la madre o la hija, que no tienen tiempo para ir a las cinco o seis puertas que hay para tener un POS funcionando. Nosotros queremos que es persona, al final del día, con tres clicks desde su teléfono pueda crear una cuenta, cobrar y recaudar”, dice.
En el intercambio entre ambos, durante una ronda en No Toquen Nada (DelSol FM), mostraron sus diferencias con respecto al impacto que las FinTech y BigTech están generando en las finanzas tradicionales.
“Mercado Pago tiene espalda como para resolver el problema sin tener que estar negociando con el dueño de la pelota. Por ejemplo, ¿por qué Amazon compra aviones o aeropuertos? Porque encuentra un sector logístico que no satisface las necesidades de sus clientes. Tienen una visión y para realizar esa visión tienen que expandirse a áreas que no están dentro de su negocio. Entonces entra al mundo de las finanzas porque encuentra que la plaza financiera de 2.500 años no cumple las expectativas, no solo propias, sino también de los clientes. Y lo interesante es que las transacciones que nosotros le transferimos a los bancos son más rentables que las propias” dice Degeronimi.
Perea cree que este tipo de iniciativas son una amenaza real que todavía los bancos no ven con claridad y que la disputa de fondo es por las reglas de juego. “No tengo dudas que en el caso de Mercado Pago a las reglas las están marcando ellos y no el banco. El tema acá es de quién llega al cliente, quién tiene el poder y quién marca las reglas de juego. Eso es lo que se está jugando. Como decía Gustavo, durante muchísimos años esas reglas fueron marcadas por los bancos ¿Hoy quién le dice a un comercio lo que puede cobrar? Visa y Master Card. Nos guste o no. En Uruguay también está el dinero electrónico, pero esas adquirencias cuestan muchísimo hacerlas y al final de cuentas todo se aletarga. Uruguay va lento en eso, en un camino válido y fructífero, pero que no cambia las reglas de juego. Cambian los aranceles, pero en Europa los aranceles son cero, entonces, el camino que recorre es un camino dado”, explica.