Diego Muñoz

El Uruguay de los sueños

La Copa América es difícil, dura, llena de dificultades. Pero Uruguay dejó claro en el debut a qué vino a Brasil. Goleada 4-0 ante Ecuador para empezar a andar.

Actualizado: 17 de junio de 2019 —  Por: Diego Muñoz

Ver el partido de la Celeste ante Ecuador resultó un placer. Por supuesto que la goleada fue importante pero la actuación del equipo fue lo mejor de todo. El primer tiempo salió perfecto. Una verdadera exhibición uruguaya en el Mineirao. Con la presión como bandera y la posesión como modelo de juego, Uruguay apabulló a su rival. 
Cada vez que tuvo la pelota la jugó con criterio, tuvo amplitud por bandas, claridad por el medio, sociedades que funcionaron y capacidad ofensiva. 
Ante cada saque desde el fondo Nández y Lodeiro se pararon, abiertos, en la misma línea que Cavani y Suárez. A su vez Bentancur y Vecino balancearon el medio y la defensa se adelantó. Así, Uruguay fue un equipo corto, capaz de salir voraz a recuperar la pelota cada vez que la perdió. 
Esa intensidad abrumó a Ecuador, quien solo pudo saltearla con algún pase largo. 
A la hora de jugar el fútbol fluyó desde los pies de Rodrigo Bentancur. Es un espectáculo observar los movimientos del volante de la Juve. A cada instante mueve la cabeza para los costados, está pendiente de qué hacer cuando reciba la pelota. Y cuando se la dan clarifica al tomar la decisión acertada. 
A Bentancur se lo ve, además, aplomado en el campo. Su experiencia en Italia y el Mundial de Rusia le terminaron de dar el salto de calidad para ser imprescindible en el equipo. 
Desde el medio Uruguay impuso condiciones. La velocidad de Cáceres y Laxalt fue acompañada por el centro, no solo con los dos delanteros sino con volantes que rompieron líneas para pisar el área. 
En un equipo que funcionó de maravillas, el mejor fue Lodeiro. Aprovechó la chance que le dio Tabárez contra la opinión de muchos. Desdoble en el juego, sentido táctico para cubrir a Laxalt y hacer que Cavani recorra menos metros y un golazo que inició el festival. 
Tras el 1-0 y la expulsión del ecuatoriano, Uruguay mantuvo la intensidad y anotó otros dos goles al sacar ventaja del juego aéreo y de dos goleadores insaciables que siempre ven una segunda oportunidad. 
El panorama para Ecuador se volvió desolador, más aún al estar con 10 jugadores.
El segundo tiempo fue de absoluto control, sin exigirse demasiado.
El capitán Diego Godín dijo en la conferencia previa al partido que nada le aportaba y de nada le servía hablar de que el equipo es favorito para ganar la Copa América. Y parece lógico, entre otras cosas porque el camino es difícil, duro y lleno de dificultades. Los jugadores no lo van a decir. Y está bien. Pero que no lo digan no quiere decir que no lo piensen. Y menos aún que, después de un partido de ensueño, no lo sueñen con más motivos que nunca.



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