Muy agresivo en Twitter desde su regreso de Nueva York hace seis días, Trump esquivó en gran medida las preguntas sobre el asunto: un presunto pedido, hecho por teléfono, a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, para investigar a Joe Biden, favorito para ser su rival en las elecciones de 2020.
"Los demócratas que no hacen nada deberían centrarse en la construcción de nuestro país, no en perder el tiempo y la energía de todos en PORQUERÍAS", tuiteó este miércoles el multimillonario republicano.
Trump ha estado muy activo en Twitter sobre el tema. El domingo citó a un pastor bautista que habló de los riesgos de la "guerra civil". El lunes sugirió arrestar por "traición" al legislador demócrata Adam Schiff, que lidera la investigación hacia un juicio político. El martes denunció un "golpe de Estado" en marcha.
"A medida que me entero de más y más cada día, llego a la conclusión de que lo que está ocurriendo no es un 'impeachment', es un GOLPE destinado a quitar el Poder del Pueblo, su VOTO, sus Libertades, su Segunda Enmienda, ¡Religión, ejército, muro fronterizo y sus derechos dados por Dios como ciudadanos de Estados Unidos de América!", escribió Trump.
Amenaza demócrata
Decididos a mantener la presión, los legisladores demócratas encargados de investigar lo ocurrido con miras a una eventual destitución de Trump enviarán formalmente una citación al Ejecutivo el viernes para que entregue los documentos que exigen, si no cumple antes voluntariamente.
"No estamos bromeando aquí, no queremos que se prolongue durante meses y meses, ya que esta parece ser la estrategia del gobierno", advirtió Schiff, que preside el poderoso Comité de Inteligencia de la Cámara baja.
Los demócratas que controlan la Cámara de Representantes abrieron la investigación el 24 de septiembre.
Este procedimiento, raro en la historia de Estados Unidos, sacude la campaña electoral para las presidenciales de noviembre de 2020, en las que Trump intentará obtener un segundo mandato.
Por ahora, el círculo cercano del presidente parece decidido a hacer tiempo: tanto su jefe de la diplomacia, Mike Pompeo, como su abogado personal, Rudy Giuliani, ambos en el centro del escándalo, han rechazado las fechas límite que están tratando de imponerles los demócratas del Congreso.
La defensa de Putin
Considerado uno de los miembros más influyentes del gobierno de Trump, Pompeo fue una de las personas que escuchó la llamada con Zelenski.
Preguntado sobre el tema en una conferencia de prensa en Roma, el secretario de Estado, que fue objeto de una citación formal de tres comités del Congreso para se entregaran los documentos necesarios para su investigación, fue evasivo.
"Por supuesto, cumpliremos nuestro deber constitucional (...) pero lo haremos en coherencia con los valores fundamentales del sistema estadounidense", respondió.
"No toleraremos que individuos en el Capitolio intimiden a los funcionarios del Departamento de Estado", agregó.
El inspector general del Departamento de Estado se reunirá el miércoles por la tarde, a petición suya, con legisladores, dijo a la AFP una fuente del Congreso. Según los medios estadounidenses, debería proporcionarles documentos sobre el caso ucraniano.
Trump, quien asegura que su llamada telefónica semanas atrás con Zelenski no tiene nada de malo, recibió el miércoles el apoyo del presidente ruso, Vladimir Putin.
"No veo nada comprometedor en la conversación entre Trump y Zelenski", dijo. "Cualquier jefe de Estado habría hecho lo mismo", agregó, y dijo que los opositores políticos de su homólogo estadounidense estaban usando "cualquier pretexto" para atacarlo.
Consultado sobre si Rusia tiene la intención de interferir en las elecciones presidenciales de 2020, como lo hizo en 2016 según la inteligencia estadounidense, Putin se lo tomó a broma.
"Les voy a contar un secreto: sí, lo haremos sin falta, pero no se lo digan a nadie", dijo el presidente ruso en medio de un fuerte aplauso.
AFP